Las ilustraciones de María Fernanda Ponce son, en realidad, esculturas. Y si queremos ir más allá, pueden también verse como paisajes, como topografías microscópicas.
DOS COSAS hacen que el trabajo de esta artista y diseñadora bogotana tenga ese carácter. En primer lugar, que exalta lo que, quizá, es más bello del papel, aquello que enamora a los amantes de ese material milenario: los relieves de sus fibras, honestas con respecto a su origen vegetal. Los patrones en sus tejidos podrán ser casi imperceptibles, pero, si se miran con calma suficiente, las superficies revelan lo dicho: son como paisajes tridimensionales, con sus colinas y sus valles.
En segundo lugar, el carácter escultórico de la obra de Ponce es acentuado por las capas de profundidad de cada ilustración, una serie de planos que, suspendidos unos sobre otros en muy estudiada medida, generan sombras suaves a lo largo y ancho de esa imagen que se convierte en un universo de textura, sombra y color.
“Adoro cuando la gente ve una de las ilustraciones en vivo, porque la explora desde distintos ángulos; incluso de manera lateral”, comenta Ponce, quien reconoce que la paciencia requerida por la técnica del papercut es infinita. “Debo tener las manos absolutamente limpias —dice—, hacer movimientos cuidadosos y con la presión adecuada; estudiar la cantidad correcta de pegamento y, claro, haber descifrado el orden exacto en el que iré ensamblando las piezas”.
Su amor por el oficio y por el material no solo ha llevado a sus ilustraciones hasta las páginas de revistas y publicaciones digitales. También ha suscitado un llamado a enseñar. La revista Bacánika realizó con ella un tutorial en vídeo que lleva de la mano al aprendiz por el universo del papel para que realice sus propias propuestas.
Por lo pronto, esperamos con curiosidad el proyecto editorial Let it be, un libro infantil ilustrado por Ponce, que se encuentra en paciente y dedicada realización desde hace meses y, como dice ella, “tomará muchos meses más”, dada la complejidad de la técnica. En las siguientes páginas, REVISTA CREDENCIAL incluye, entre otras cosas, un asomo de cómo se verá y se sentirá esa publicación.