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Luego de una difícil situación de divorcio y de una batalla legal por la custodia de su hija, la agente de policía Kathryn Bolkovac decide, ante una tentadora oferta económica, hacer parte del DPI (Destacamento Policial Internacional) presente en la Bosnia posterior al conflicto.
Caminarás y pasarás por la vitrina de la tienda, ésa, la de chocolates. La observarás, cuidadosamente, cada mañana, cuando vayas a tú destino. Observarás la brillante y oscura barra que extrañamente tienta tus sentidos. La misma sensación que tienes cuando deseas amar.
Sus diez compañeros de equipo habían salido al ataque dispuestos a demoler al contrario, pero perdieron el balón y fueron sorprendidos por un contragolpe demoledor. De nada valieron los gritos del arquero Andrés Orozco pidiéndoles, rogándoles que regresaran a defender su área.
Cuando las generaciones del futuro busquen en las enciclopedias –que para ese entonces quizá se implanten como un chip en el cerebro- información sobre Irlanda, probablemente encontrarán que fue una hermosa isla pintada de verde, habitada por guerreros celtas, gnomos, hadas, druidas y sobre todo por seres humanos fantásticos y sencillos, realmente talentosos para las letras, el teatro, el fútbol y sobre todo la música.
Algunos oyentes piensan que desayuna tigre por la fiereza con que acorrala a sus presas cada mañana. Otros, que es el necesario y justo equilibrio en un país escorado a la derecha. Los uribistas más recalcitrantes están convencidos de que se trata de una suerte de caballo de Troya que se coló en el programa de Julito por cuenta de la izquierda radical. Y hay quienes estiman que tan sólo estamos ante un buen periodista independiente que atesora la virtud de no comerle cuento a nadie y menos aún a la dirigencia nacional.
Cuatro policías comprenden que no es suficiente trabajar a favor de la ley y el orden después de que la hija de nueve años de Adam Mitchell, jefe del grupo, pierde la vida en un accidente de tránsito, cuando el auto en el que viajaba es envestido por otro que era conducido por un borracho.
Por estos días, quien vaya a cortarse el pelo donde Humberto Quevedo, en la zona rosa bogotana, encontrará, además del acogedor ambiente característico del local, algunas piezas de mobiliario sofisticadas y llenas de color que, aunque no hacen parte de la decoración, encajan perfectamente. Se trata de muebles decorativos elaborados en madera por la diseñadora Julieta Echeverri, con una fusión de técnicas y referencias tomadas del arte pop.
“Sólo un favor: que no vayan a retocar las fotos ―dice María Clemencia mientras el fotógrafo dispara―. Me aterra el Photoshop; le tengo cariño a cada una de mis arrugas y me gusta que se vean como son”. Sonríe cuando le decimos que no hay problema, que puede estar tranquila, y entonces mira de nuevo a la cámara. No le gusta posar, prefiere las imágenes naturales y espontáneas; por eso ríe, pone temas y conversa mientras el fotógrafo hace su trabajo.
De puertas para afuera: Stephen Hawking está en todas partes. Sus libros de divulgación científica se regalan de Navidad, sus poderosas sospechas sobre lo que ha ocurrido en la tras escena del universo desde el principio de los tiempos estremecen de tanto en tanto a la academia global y su icónica figura en silla de ruedas aparece en los lugares menos pensados (en una estatua de bronce en Cambridge, en una comedia de Hollywood, en un capítulo de Los Simpson) como el símbolo de las posibilidades del cerebro humano.