Realidad virtual, cada vez más inmersa
La aplicación más común de la realidad virtual, y donde probablemente ha mostrado más desarrollo, es en la industria de los videojuegos, pero la verdad es que ya se usa en telemedicina, finca raíz y exploración, y la forma de acceder a tales ambientes creados por computador es mediante accesorios, llámense estos gafas, cascos, guantes, chaquetas, exoesqueletos o trajes completos.
Las gafas de realidad virtual comenzaron como un accesorio que, pese a lo incómoda y pesada de su estructura, lograba sumergir al usuario en un mundo creado por software en el que la persona se convertía en parte activa de la historia o del escenario virtual, con capacidad para incidir sobre este, aunque con capacidades de interacción limitadas y un poco de mareo al final de la experiencia.
Sin embargo, en sus inicios comerciales, es decir cuando se comenzaron a popularizar los primeros modelos, a finales de la década de los noventa, la resolución de la imagen tenía poco que ver con el realismo, la calidad y la definición de los ambientes virtuales actuales.
Luego vinieron los cascos, que además de una pantalla que colgaba de la parte delantera, incorporaban audífonos que permitían una experiencia de audio más completa. Además, el hecho de tener la cabeza completamente cubierta estrechaba más la sensación con el mundo virtual.
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Hoy día, los modelos de gafas son innumerables, y a los accesorios de realidad virtual se han añadido guantes, vestidos, chaquetas, sillas, rifles y hasta estructuras que permiten acercarse a la sensación de volar. Estos son algunos de los avances más destacados del momento.
Roto Interactive VR Chair
Esta silla integra gafas de realidad virtual y sensores que le permiten girar sobre su eje e inclinarse, según el escenario de fantasía que visite, lo que le da la sensación de estar suspendido. En EE. UU. cuesta 1.000 dólares.
Manus VR
En este guante se oculta un controlador de realidad virtual, que es la manera más natural de hacerlo y operarlo. Según el fabricante, la sensación que proporciona este accesorio va más allá de la mano, pues incorpora muñeca y antebrazo. Su valor es de 1.400 dólares.
Icaros
Es una estructura que se asemeja a una máquina de ejercicios en un gimnasio. En esta, el usuario se ubica bocabajo y, con unas gafas de realidad virtual, puede experimentar juegos que impliquen volar, pues el exoesqueleto se inclina a los lados y mantiene el cuerpo de la persona suspendido. Cuesta 8.000 dólares.
Virtuix Omni
Esta ‘caminadora’ le permite al usuario trotar, rotar, bajar escaleras y estar activo en el mundo real mientras disfruta del mundo virtual. El hardware ya lleva varios años en el mercado, por lo cual ha evolucionado mucho para brindar una experiencia más realista. Costo: 700 dólares.
Teslasuit
Este vestido enterizo es de los mayores avances en la industria de la realidad virtual, pues sus usos van más allá de los videojuegos (exploración y rescate, por ejemplo). Si juega una guerra de bolas de nieve, sentirá los impactos en todo el cuerpo. Los 14 sensores convierten al usuario en su propio avatar. No se conoce el precio, pero seguro no será bajo.
PS VR Aim
Esta escuadra es en verdad un rifle para realidad virtual. Su diseño ergonómico le permite disparar con comodidad y configurar diferentes tipos de arma, según el videojuego que ejecute. Precio: 80 dólares.
VirZoom
Estas gafas se conectan a una bicicleta estática para que la experiencia de hacer ejercicio se enriquezca, pues el deportista literalmente se sumerge en un mundo en el cual puede ‘montar en bicicleta’ como si lo estuviera realizando de verdad; además, cuando pedalea más rápido, el entorno se adapta a la aceleración. Cuestan 400 dólares.
CaptoGlove
Estos guantes, muy ligeros, como los de montar bicicleta, llevan la experiencia del tacto a niveles más avanzados, pues cada dedo tiene su propio sensor y, por ende, mayor control del mundo virtual, con los que incluso se pueden sujetar objetos que se sienten reales. El precio es de 500 dólares.
Axon VR
Es un vestido de dos piezas (pantalones y chaleco) que transmiten sensaciones táctiles de contacto, calor, frío y presión sobre diferentes partes del cuerpo. El traje cuesta 5.000 dólares.
Birdly
Este simulador de vuelo de pájaro hace posible sentir la sensación de ir por el aire. El usuario mueve los brazos como si fueran alas, y en el mundo virtual puede ganar altura, planear y sentir viento en la cara, gracias a un ventilador adherido a la estructura cuya potencia se incrementa a medida que se gana velocidad.
Disney VR Jacket
Esta chaqueta incorpora sensores y bombas de presión que permiten sentir un abrazo de forma muy real, o serpientes que se mueven por su espalda, entre otras sensaciones muy realistas, casi de miedo. Este es un proyecto entre la cinematográfica con el MIT Media Lab y Carnegie Melon.
*Publicado en la edición impresa de julio de 2018.