Foto: cortesía
Foto: cortesía
13 de Junio de 2024
Por:
Diego Montoya Chica. IG: @chinocarajooo

Esta botella es un regalo perfecto

 

Sin rodeos: me refiero al Arran 10 años, un single malt que se vende en —y desde— VIPS en el Centro Comercial Andino, en Vinos del Río, en La Cava Acosta Ballesteros (todos ellos en Bogotá) y en Vendimia (de Tunja). Cuesta entre 260 y 280 mil pesos según donde se compre: un poquito más que los whiskies “de entrada” frecuentemente recomendados, como el Glenfiddich 12 y el Glenlivet 12. Que no se me entienda mal: esos son maravillosos —sobre todo el primero— pero este Arran los supera en criterios importantes para mí.

 

Para empezar, entrega varias capas adicionales de complejidad en aroma y sabor que los mencionados, convirtiéndose en un whisky “bisagra” entre los “de entrada” y los “para experto”. Esto se debe, en parte, a que es “íntegro”, como dice Ralfy, el famoso crítico digital: está embotellado a 46 % de ABV, no ha sido filtrado en frío ni tiene colorantes. Esas características garantizan su complejidad organoléptica y le dan una sensación más artesanal y transparente que la de los masivos industriales, la mayoría de ellos a 40 %. Además, la experiencia que ofrece es superior a la de otros single malts más caros y pomposos; como sabe bien quien me ha leído antes, no me interesa lo relativo a “las marcas” y sus arandelas intangibles.

En estas páginas he descrito al Arran 10 como “luminoso”, porque su sensación de frescura y frutalidad, con claros aromas de piña dulce y madura, me remite a sol: a luz cálida en el campo. Algo de miel y grama sugiere también: todo me suscita un mismo sentimiento positivo y natural. En boca, llena cada rincón con todo lo anterior, y añade algo un poco cremoso, con especias y durazno cocido. Al final, se despide con un rico retrogusto a vainilla.

Sergio Quintero, de Caraan Spirits —la importadora que lo trae a Colombia—, me explicó que 75 % de la malta en esta botella ha sido madurada en barricas exbourbon y 25 % en exsherry. También, que los gestores de la destilería —llamada Lochranza y ubicada en la Isla de Arran, en Escocia— están obsesionados con evitar que les ocurra lo que a otras que generan un boom: que sus expresiones de entrada pierden calidad con el tiempo para atender el volúmen de la demanda. Ojalá logren mantener esa integralidad.

La reacción de quien prueba un Arran 10 por primera vez siempre es positiva. Me pasó hace poco con una amiga a quien estoy “reclutando”: se le iluminaron los ojos tan pronto asomó su nariz en la copa. No lo piense más: es un regalo ideal para quien sabe del tema y para quien no.

Nota: Si no se desea dar un salto de precio, complejidad y graduación alcohólica tan grande desde los “de entrada” más comunes, Arran provee otra alternativa en Colombia: el Barrel Reserve, que no tiene declaración de edad, pero que contiene maltas de entre tres y ocho años de maduración. Esta ocurre exclusivamente en barricas exbourbon. Viene a 43 % de ABV y su precio está alrededor de los 230 mil pesos. No tiene colorante, y sí filtrado en frío, aunque solo parcial.

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