La cara linda del Esmad
La capitana Viviana Alvarado llegó al Esmad hace año y medio sin tener muy claro lo que hacía. Pero no se arrepiete, porque, según dice, "es un reto".
“Hacemos el mismo trabajo de los hombres, pero no dejamos de ser femeninas. La esencia de lo que es la mujer no se pierde”, dice Alvarado. Se refiere al maquillaje, a la suavidad y a las buenas maneras.
Las mujeres del Esmad, cuentan ellas, muchas veces reciben piropos:
—Muchas berracas, son unas duras—
O insultos
—¡Váyase a lavar! ¿Quiere que la maten o qué?
O insultos que parecen piropos. O al revés, o las dos cosas.
—Uy, tan brava. Mándeme una risita.
—Usted debe dar bien duro con ese palo, quien la ve.
“Las cuidamos”, asegura. Como se los enseñó Pablo a los corintios: “El varón es la cabeza de la mujer porque él es imagen y gloria de Dios, la mujer es gloria del varón”. Las mujeres son la gloria del Esmad.