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23 de Julio de 2024
Por:
Maria Fernanda Herrera*

¿Qué implica que los evaluadores internacionales de riesgo le modifiquen a Colombia su calificación creditica? Le preguntamos a dos pesos pesados del análisis económico. 

Pasamos 'raspando' en grado de inversión

LA SITUACIÓN ACTUAL de Colombia presenta desafíos importantes en materia fiscal que impactan directamente en su calificación crediticia. Y es que, así como las personas son evaluadas por las centrales de riesgo, los países reciben una nota que refleja su capacidad para cumplir con obligaciones financieras. Las encargadas de evaluar a las naciones y asignarles una “nota” crediticia son las calificadoras de riesgo, siendo las más reconocidas Standard & Poor’s (S&P), Fitch Ratings y Moody’s.

Estas entidades analizan diversos factores para asignar dicho puntaje: entre esas variables están la estabilidad política y  económica del país en cuestión, su nivel de endeudamiento, su desempeño fiscal y la fortaleza de su sector financiero. Vale la pena recordar que, entre mayo y julio de 2021, Colombia perdió esta calificación ante dos de dichas agencias. Pero ¿qué significa el grado de inversión y por qué es importante para las finanzas del país?, para responder estas y otras preguntas, en REVISTA CREDENCIAL hablamos con el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, y con el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía.

EL MERCADO DE LAS CALIFICACIONES CREDITICIAS

Tener o no el grado de inversión puede afectar los flujos de inversión directa extranjera. En palabras de Mejía, esa calificación es otorgada tras "un análisis que lo que pretende o busca es darle a los inversionistas, tanto locales como internacionales, una medida de qué tan riesgoso es invertir comprando títulos de deuda pública de cualquier país”. Así como un estudiante necesita un 3,0 sobre 5 para pasar una materia, una nación requiere del grado de inversión para demostrar a sus acreedores que tiene una economía sólida y una buena reputación. Esto se traduce, por ejemplo, en que accede a menores intereses al momento de pedir préstamos a la banca internacional. Para asignar dichas notas, las calificadoras evalúan diferentes factores.

“En términos económicos se analiza el crecimiento potencial y variables fiscales como la deuda pública, pues entre más alto sea el nivel de deuda, se obtiene una menor calificación. También, se analiza el nivel del déficit fiscal y la sostenibilidad de las cuentas externas”, explica Mejía. Por otra parte, en materia política se evalúa “la inclinación ideológica de un gobierno, especialmente en términos de su apertura al mercado y del cumplimiento de sus obligaciones”, añade. “Y en materia social, la ausencia de conflictos que puedan, de alguna manera, generar aumentos importantes del gasto público”.

Las escalas de calificación varían entre las agencias, pero en general se dividen en dos categorías:

• Grado de inversión: otorgada a países con alta capacidad de pago, considerados como inversiones relativamente seguras.

• Grado especulativo: asignada a países con mayor riesgo de impago, pero que ofrecen mayor potencial de retorno.

Asimismo, es fundamental entender cómo se leen las calificaciones crediticias, las cuales constan de dos partes: la nota y la perspectiva. La nota es el puntaje actual, mientras que la perspectiva indica cómo podría cambiar esta calificación en los próximos 12 meses: puede ser positiva (la calificación podría subir), estable (se mantendría igual) o negativa (hay riesgo de una rebaja). El último es el caso colombiano, según la reciente evaluación de Moody’s.

Esta compañía informó que mantuvo estable la calificación de Colombia —en Baa2—, pero que, a la vez, rebajó la perspectiva, que pasó desde “estable” hasta “negativa”. Es, sin embargo, la única entidad de este orden en mantener el grado de inversión para el país. En Standard & Poor’s y Fitch Ratings, el grado de inversión comienza en BBB y en Moody’s desde Baa3. Estas calificaciones tienen niveles tanto por encima como por debajo de estos umbrales.

 

La deuda pública debe regresar a ser inferior al 50 % del PIB. Hoy, es cercana al 55 %. 

¿COLOMBIA ES UN PAÍS CON GRADO DE INVERSIÓN?
Como se mencionó antes, Colombia sí lo mantiene a los ojos de Moody’s, pero S&P y Fitch ya han excluido al país de este sello. Lo anterior genera un panorama incierto para la economía nacional pues, en la práctica, para muchos actores del mercado ya Colombia no es considerada tan sólida como sí logro ser anteriormente.

“El margen de riesgo de Colombia aumentó mucho después de que perdimos el grado de inversión a mediados del 2021, y hoy en día sigue siendo muy alto, incluso es muy superior al de Chile, Perú, Brasil y México”, señala José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda.

Al incrementarse el riesgo percibido, los préstamos externos se encarecen, impactando negativamente el financiamiento para el Gobierno, empresas y consumidores. Y dado que el país accede, en consecuencia, a préstamos con tasas de interés más altas, las autoridades deben destinar una mayor proporción de su presupuesto al servicio de la deuda, reduciendo los fondos disponibles para inversiones en infraestructura, salud, educación y otros sectores esenciales.

Ocampo afirma que “el margen de riesgo se calcula sobre la tasa de un bono del Tesoro a 10 años. Ese bono está, hoy en día, entre el 5 % y 6 %, y sobre eso, Colombia tiene que pagar cerca de 2 puntos y medio más”.

OTRAS CONSECUENCIAS

Si bien Colombia solo conserva el grado de inversión con una calificadora de riesgo, esto ha permitido al país mantener el acceso a un grupo de acreedores específicos, ya que algunos fondos de inversión solo pueden comprar bonos emitidos por países con dicha cualidad. Sin embargo, un crecimiento económico inferior al esperado, una disminución en los ingresos tributarios y los mayores costos de endeudamiento están ejerciendo presión sobre las cuentas del Gobierno, situación que llevó a Moody’s a rebajar la mencionada perspectiva de calificación que, repetimos, pasó de “estable” a “negativa”.

El margen de riesgo se calcula sobre la tasa de un bono del Tesoro a 10 años. Ese bono está, hoy en día, entre el 5 % y 6 %, y sobre eso, Colombia tiene que pagar cerca de 2 puntos y medio más”. José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda.

Lo anterior ha encendido las alarmas sobre el riesgo potencial de una mayor inestabilidad fiscal a futuro. Por eso, para evitar que la calificación del país disminuya y recuperar el grado de inversión ante Standard & Poor’s y Fitch Ratings, se deben tomar varias medidas.

¿QUÉ HACER?

Según Luis Fernando Mejía, lo más importante es acelerar el ajuste del déficit fiscal. “Colombia, desafortunadamente, ha sido uno de los países que más ha aumentado el tamaño de su gasto luego de la pandemia. Incluso con el recorte que ha anunciado en tiempos recientes el Gobierno, el de este año superará el 18 % del Producto Interno Bruto (PIB); mientras que, antes de la pandemia, el país en promedio gastaba más o menos 15 % del PIB. Ese es un aumento permanente”.

Además, se debe reducir el nivel de deudas: “Si bien se ha venido reduciendo luego del choque que tuvimos en la pandemia, la deuda está a niveles cercanos al 55 % del PIB y no hay que olvidar que Colombia tenía una deuda pública por debajo del 50 % del PIB. Si el país quiere recuperar ese grado de inversión, tendrá que acelerar el paso para tener un ajuste más rápido”, añadió Mejía.

Según las fuentes consultadas, Colombia sí tiene el potencial de recuperarlo. La diversificación económica, las políticas fiscales responsables y la mejora en la estabilidad política son claves para este objetivo. Las agencias calificadoras observarán de cerca estos factores en los próximos años.

 

*Periodista de economía en Valora Analitik