Carta de amor a Jennifer Lawrence
Los elogios le molestan sutilmente. Si usted hiciera un breve repaso de las entrevistas que Jennifer Lawrence ha dado aquí y allá, descubriría pronto que siempre esquiva los piropos con una broma. El chiste varía de lugar a otro, de periodista a otro, pero la técnica es la misma. Se burla de sí misma o de la situación y sale victoriosa de los comentarios aduladores que la sonrojan. “Los medios dicen que eres una celebridad muy humilde”, le dice una periodista para halagarla: “No lo soy. Solo soy tonta. Nunca tengo nada qué decir”, responde de inmediato y explota en risas. Aunque sabemos que los mimos le molestan, quisimos enumerar las razones por las que esta generación deberá amarla por el resto de sus días.
●Katniss Everdeen, la chica en llamas, es una heroína compleja. Las películas taquilleras nos acostumbraron a mujeres buenas o malas, correctas o corruptas. Lawrence convirtió a Katniss en una joven con aristas y también taquillera. Katniss probablemente juega con los sentimientos de dos chicos que se mueren por ella, y al mismo tiempo se desvive por su hermana Prim. Katniss es una heroína que casi deja tirada la batalla, porque cree que es demasiado para una jovencita de su edad. De hecho, lo es: a Katniss Everdeen le toca arreglárselas por salvar a Panem, su país, de la injusticia de un régimen despiadado en el que los chicos tienen que matarse literalmente para entretener al público. Eso la sobrepasa y la actriz nos lo muestra.
●Jennifer Lawrence quiso interpretar a una heroína adolescente que no llevara a todas las adolescentes del mundo a la delgadez extrema. Cuando los productores le dijeron que debía bajar 10 kilos para el personaje, dijo que no. “Tenemos control sobre esta imagen, tenemos control sobre este modelo. ¿Por qué deberíamos volverla algo inalcanzable?”, les respondió.
●Jennifer Lawrence se ha formado como actriz desde niña. A los 14 años presentó una audición en Nueva York en la que los jefes de casting alertaron a sus padres de su talento y eso le cambió la vida. Todos sus planes se ajustaron a su formación en el arte. Y se le nota. A los 22 años se ganó el Óscar como mejor actriz por la película ‘El lado luminoso de la vida’ (Silver Linings Playbook) y así se convirtió en la segunda actriz más joven en recibir esa estatuilla.
●Jennifer Lawrence se cayó subiendo a recibir el Oscar. Y luego, al año siguiente, cuando la nominaron de nuevo, por su papel de reparto en el filme ‘American Hustle’, se volvió a caer en la alfombra roja. Sí, también debe amársele por eso. Por caerse, levantarse y ser tan divertida en el proceso. Su club de fans en Internet es sorprendente. Páginas de amor dedicadas a ella y cientos de comentarios de personas que afirman querer ser su nueva ‘BFF’ (mejor amiga por siempre) son la prueba de que su personalidad se roba el amor de la gente.
●Jennifer Lawrence le dijo a la revista Vanity fair lo que seguramente muchas mujeres han querido decirle. Que todo aquel que vio sus fotos filtradas sin su consentimiento en la web, abusó de ella. Semanas atrás, un hacker había entrado ilegalmente a su nube personal en Internet, donde guardaba fotos de ella, y las publicó para el mundo. Lawrence confesó cómo se sentía, después de semanas de silencio. Cerró el tema y siguió sonriendo.
●Jennifer Lawrence escribió un ensayo en el que criticaba la diferencia salarial entre actrices y actores y con su voz ayudó a amplificar una problemática que llevaba décadas en silencio. Por eso, por ella y nada más, le perdonamos las carencias de sutileza a las película, entre otras cosas.
●Jennifer Lawrence se despide hoy de Katniss, el personaje que le dio fama internacional, el que la volvió el ídolo de miles de adolescentes. La vamos a extrañar con su trenza y su pelo negro largo y sus ojos vibrantes que se mueven hacia los lados cuando lloran. MTV le preguntó si creía que ‘Los juegos del hambre’ luego serán remasterizados de mejor manera por futuras generaciones. “Seguramente –respondió–. Pero no lo harán mejor”. Estamos de acuerdo.