18 de octubre del 2024
Carvalho es urbanista. Dice que su preocupación por lo ambiental le hizo ver que la contaminación auditiva era un tema apremiante para la ciudadanía. Foto: cortesía Daniel Carvalho
Carvalho es urbanista. Dice que su preocupación por lo ambiental le hizo ver que la contaminación auditiva era un tema apremiante para la ciudadanía. Foto: cortesía Daniel Carvalho
28 de Junio de 2024
Por:
Maria Fernanda Herrera*

La contaminación acústica en Colombia es una preocupación ambiental prioritaria. Además, desencadena conflictos que, a veces, tienen consecuencias trágicas. Hablamos con el representante Daniel Carvalho, ponente de una ley que busca proteger la tranquilidad auditiva. 

¿Qué hacer con el ruido del vecino?

 

 

SEGÚN LA RED COLOMBIANA de Ciudades Cómo Vamos (RCCCV), las principales capitales del país enfrentan altos niveles de ruido. En Bogotá, 61 % de los ciudadanos están insatisfechos con ese tipo de contaminación; en Medellín y el Valle de Aburrá, 48 % la considera un problema ambiental prioritario, y en Cartagena, las quejas por ruido han aumentado 80 % en un lapso relativamente corto.

 

 

Este fenómeno no solo afecta la salud física y mental de los seres humanos, provocando desde estrés hasta enfermedades cardiovasculares, sino que también deteriora la convivencia entre vecinos, junto con los ecosistemas que les rodean.

24 legisladores presentaron un proyecto de ley que, de ser aprobado, se conocerá como Ley Contra el Ruido. Su misión: establecer una serie de medidas destinadas a mitigar el impacto del ruido en las zonas urbanas y rurales del país.

¿Qué evidencias o estudios respaldan la necesidad de esta ley?

Este tema ha sido ampliamente abordado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), gracias a esto sabemos que el ruido tiene unos efectos graves sobre la salud física y mental, relacionados con la pérdida de capacidad de dormir adecuadamente, lo que después redunda en un bajo rendimiento académico o laboral.

Asimismo, una persona que está sometida a un estrés acústico y a baja calidad del sueño tiene más tendencia a desarrollar o agravar enfermedades mentales, y recientemente, una encuesta que encargó la misma Presidencia de la República dio a conocer que los principales factores generadores de problemas de convivencia son el ruido, las basuras y las mascotas. Es decir, en los barrios de toda Colombia, estamos teniendo problemas graves alrededor de esos tres temas.

Actualmente, ¿qué normas existen para controlar el ruido?

El Código de Policía incluye una cantidad de pequeños artículos al respecto, algunos de los cuales han sido desmontados por las altas cortes. Pero en el caso de un establecimiento comercial, por ejemplo, toca comenzar un procedimiento complejo en el que participa la autoridad ambiental y la policía.

La norma establece unos procesos técnicos de medición que son sumamente difíciles porque hay que pararse 15 minutos con el sonómetro, una vez se termine esta medición, se deben esperar 15 minutos y volver a realizar el procedimiento. En consecuencia, es muy difícil hacer el proceso para identificar que hay una infracción y poder castigar al que la está cometiendo. Además, las sanciones son mínimas. Aquí debo destacar que tanto el Ministerio del Interior como la Policía Nacional están muy comprometidos con este proyecto.

¿Cuáles son los objetivos de la iniciativa legislativa?

Primero, en Colombia hay una cantidad de normas, todas muy difuminadas, en torno a este tema, entonces pretendemos recopilar y consolidar en un solo bloque normativo todo esto.

En segundo lugar, no hay una claridad en cuanto a las responsabilidades. Es decir, ¿a quién llamo si tengo ese problema?, ¿quién me lo resuelve? Usted llama a la alcaldía y esta le dice: “Eso es con la autoridad ambiental”. La autoridad ambiental dice: “Eso con la policía” y esta última responde: “Estamos muy ocupados persiguiendo criminales o no tenemos el sonómetro”. No hay una ruta clara para que la ciudadanía aborde estos casos y eso lo resolveremos con esta iniciativa.

El proyecto también obliga al Gobierno nacional a dotarse de una política pública contra el ruido que tiene un componente pedagógico. Este es un problema esencialmente de cultura ciudadana que hay que abordar desde ese punto de vista: más allá de la sanción y la norma, aborda cómo estamos educando a la gente en el respeto hacia el otro. Finalmente, esta ley obligaría a los municipios de más de 100.000 habitantes a adoptar planes de gestión contra el ruido y a tener en cuenta el factor acústico en la elaboración de los POT.

¿Cómo se identifican los niveles de ruido?

El ruido se mide en decibeles y estos se miden con un sonómetro, que son aparatos que valen 40 millones de pesos y que hay que mantener calibrados, según normativas internacionales. Además, hay unas tablas que indican, según el tipo de sectores (residencial o comercial) y del horario (diurno o nocturno), cuáles son los máximos de ruido aceptados.

¿Qué regulaciones incluye el proyecto de ley para controlar el ruido?

Al organizar la normativa y determinar las responsabilidades, entonces los actores ya no van a poder “tirarse la pelota”. Así mismo, con el compromiso de la Policía Nacional, creo que el Ministerio del Interior dio la orden de comprar entre 4.000 y 5.000 sonómetros, una cifra que nunca habíamos tenido en Colombia. Vamos a tener las herramientas, la normativa y la voluntad de la autoridad nacional.

Esto tiene mucho que ver con asuntos culturales, porque lo que para mí es “bulla”, puede que para ti no. No es lo mismo hablar de ruido en Bogotá que en un municipio de la costa Atlántica. Por eso, es importante que esto aterrice en las autoridades locales. Tampoco se trata de que estemos desde la capital diciéndole a todo el país qué puede hacer y qué no, ignorando sus costumbres.

¿Entre esos actores, cuáles asumirán la responsabilidad de controlar el ruido?

Los responsables son, en el nivel nacional, los ministerios del Interior y de Ambiente; mientras que en los territorios o en los municipios, esto recae en la policía y en la autoridad ambiental. Básicamente, siguen siendo los que ya habíamos identificado, pero las rutas de atención y los niveles de responsabilidad, así como los procedimientos, se hacen más claros gracias a esta ley.

¿Cómo se monitoreará el cumplimiento de la ley?

Se debe evaluar, primero, si se están cumpliendo o no los planes de gestión contra el ruido en las ciudades y municipios. En segundo lugar, monitorear el tiempo que el Ministerio del Interior se tome para sacar adelante o redactar la política pública de calidad acústica. Tercero, se puede medir en términos de contravenciones: cuántas multas estamos poniendo o cuántos casos se reciben y cuántos se resuelven.

"La normativa evitaría que los reponsables se sigan tirando la pelota".

 

El 13 de mayo, en Medellín, un hombre fue asesinado tras solicitarles a sus vecinos bajar el volumen. En el Valle de Aburrá, 48 % de los ciudadanos expresan inconformidad con ese tipo de polución. La foto es un montaje de referencia. Foto: iStock

Pasemos a otro tema. ¿Cómo es llevar banderas de centro en el Congreso?

Yo creo que el centro político es la defensa de la Constitución de 1991, una constitución progresista que tiene en cuenta y que resalta las libertades individuales; que le da espacio al mercado, pero que también propende por un Estado fuerte. Por eso, unas veces me verán a favor de las de las ideas progresistas del Gobierno actual y otras veces en contra. Es difícil, porque es mucho más fácil etiquetarse en el blanco o en el negro, pero yo no me metí en política para hacer las cosas fáciles, sino para dar las peleas difíciles.

 

"Lo que para mí es 'bulla', puede que para ti no. No es lo mismo hablar de ruido en Bogotá que en un municipio de la costa Atlántica". 

¿Cuáles son las principales consecuencias que enfrenta el Congreso tras el reciente escándalo de corrupción de la UNGRD que afecta a los presidentes de Senado y Cámara?

Inicialmente, afecta la misma reputación del Congreso. Habíamos subido cinco o seis ‘punticos’ en las últimas encuestas, y con esto vamos a quedar otra vez por el piso, sobre todo porque son las cabezas del Congreso las que están siendo acusadas. Es muy triste porque uno se esfuerza por hacer las cosas bien, pero quedamos todos los congresistas con la etiqueta de corruptos.

Además, esto ha obstaculizado el tránsito de los proyectos en la Cámara y en el Senado, porque se quedan en la acusación mutua de: “Usted es más corrupto que yo”, por lo cual los debates no avanzan.

Y finalmente, yo creo que esto aporrea muchísimo al presidente Petro, a su Gobierno y a toda la ideología de izquierda. Porque cuando tú te vendes como un cambio, cuando haces campaña montado en un pedestal moral diciendo que son los únicos decentes y llegan al poder para demostrar que son más de lo mismo, hace muy difícil que la gente nuevamente le crea a una izquierda que fue incapaz de colmar las expectativas generadas.

*Periodista de economía en Valora Analitik.