21 de noviembre del 2024
Cortesía
6 de Septiembre de 2016
Por:
Catalina Barrera

Aldeas Infantiles SOS, la organización internacional más grande del mundo con atención directa a niños y adolescentes, ganó el premio Princesa de Asturias de la Concordia 2016. 

‘La familia más grande del mundo’ gana el Premio Princesa de Asturias de la Concordia

La organización nació en 1949 gracias al austriaco Hermann Gmainer quien, marcado por el sufrimiento de los niños huérfanos que dejó la Segunda Guerra Mundial, planteó la idea de hacer aldeas con casas que los albergaran a largo plazo. Desde entonces, el concepto se ha centrado en permitir que los niños crezcan hasta llegar a ser personas autosuficientes que puedan aportar a la sociedad.

 

La Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Colombia Ángela María Rosales Rodríguez habló con Revista Credencial frente al tema.

 

¿Por qué es importante obtener este reconocimiento?

 

 Es definitivamente el reconocimiento al trabajo de más de 60 años en 134 países, algo que nos convierte en la organización más grande del mundo en infancia. Con ese tamaño, lo que hacemos es transformar la vida de cada niño de manera individual. De quienes han perdido a su familia y un  nuevo hogar dónde crecer.

 

Aldeas Infantiles SOS llegó a Colombia en 1971, ¿cómo inicia esta idea en el país?

 

Llega gracias al autríaco Helmuth Von Levet. Él conocía la obra de Aldeas Infantiles a nivel internacional y se dio cuenta de la gran necesidad que tenían los niños en Colombia. Decidió traer la misión de darle de nuevo un hogar a los niños que no habían tenido la oportunidad de crecer con una familia.

 

 

¿Cuál y cómo fue la primera aldea en Colombia?

 

La primera nace en Bogotá. La segunda en Ibagué y luego se expandió a varios lugares del territorio nacional. Pero empezamos en ese momento con el apoyo de algunos donantes particulares de Alemania y de Austria que quisieron traer la misión a Colombia y que donaron recursos para hacerlo. También contamos con el apoyo de, en ese momento la Beneficencia de Cundinamarca que tenía un terreno en el que se contruyó esa primera aldea y algunos aportes del, en ese momento recien nacido, ICBF. Muchos de los primeros niños que llegaron lo hacían a través de la Iglesia o de las mismas comunidades. Traían a quienes habían perdido a sus padres y así empezamos. Fueron aproximadamente 30 niños.

 

¿Cuál es la dimensión actual de Aldeas Infantiles SOS Colombia?

 

Ahora estamos en 18 municipios de 9 departamentos. Ayudamos a más de 11.000 niños y niñas.

 

¿Hay algún municipio o departamento en el que se presenten más casos de niños víctimas del conflicto?

 

Los programas de Santander, Antioquia y el Tolima han tenido mayor relación con niños víctimas de la violencia. Algunos de ellos han perdido a sus familias o han sido desplazados convirtiéndose en víctimas directas del conflicto colombiano. Además, estos grupos familiares con los que trabajamos en prevención de la separación, están en situaciones socioeconómicas muy difíciles.

 

 

¿Cómo se organizan los programas o actividades dentro de las aldeas?

 

Tenemos dos líneas de trabajo principales. La primera es ayudar a las familias que por condiciones socioeconómicas están en riesgo de separación y por lo mismo no pueden criar y cuidar adecuadamente a sus hijos. Con ellos hacemos un trabajo individual para ayudar a resolver esas condiciones y evitar que se vulneren los derechos de los niños. La segunda línea de trabajo ofrece una familia de acogida a los niños que ya perdieron la oportunidad de crecer con su propia familia. Lo que hacemos es evitar que los niños tengan que llegar a un entorno institucional, un orfanato o un albergue. Así que componemos una familia de acogida que tiene para ellos componentes propios del hogar. Estos niños vuelven a crear un proyecto de vida y además tiene la oportunidad de crecer con sus hermanos y hermanas. Que no se separen es nuestra gran apuesta y los apoyamos hasta que sean independientes. En algunos casos podemos trabajar con sus familias biológicas hasta lograr que se reintegren.

 

¿Cómo es la transición una vez los niños salen de las aldeas?

 

Nosotros les hacemos un seguimiento. Si son reintegrados, nos convertimos en un apoyo para la familia biológica, verificamos que el proceso tenga todos los parámetros de protección para los niños. Si están en un proceso de independización, lo que hacemos es acompañarlos con un seguimiento en el que sabemos si están viviendo en un apartamento en arriendo o tienen proyectos independientes. En cualquier caso, estas personas mantienen un vínculo con su aldea y la ven como su hogar, las celebraciones por lo general las hacen con su familia de acogida que ha estado ahí durante su proceso de crecimiento y que finalmente reemplazó a la familia que perdieron.

 

¿Reciben más apoyo internacional o nacional?

 

En este momento hay más apoyo económico internacional, pero tenemos la meta de empezar a lograr que los colombianos sean quienes apoyan más a nuestros niños.