Jorge Luis Pinto: “Colombia puede ganarle a cualquiera, pero también puede perder con cualquiera”
En quinto de bachillerato, Jorge Luis Pinto ya quería ser entrenador de fútbol. No soñaba tanto con ser jugador como con ser técnico. “Tengo 25 compañeros que son testigos de que a esa edad ya leía libros de fútbol. Y les decía: ‘cuando yo esté grande, voy a dirigir este equipo’ ”.
Cuando estuvo grande, le fue mejor. Salió de San Gil, Santander, su ciudad natal, a estudiar Educación Física y Deportes, con especialidad en fútbol, en la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá. Y continuó su preparación primero en São Paulo, Brasil; y luego en Colonia, Alemania. En Europa pudo ver a algunos de los mejores equipos de ese momento, incluido el Aberdeen de Alex Ferguson, el onceno escocés que en 1983 ganó la entonces Recopa europea tras eliminar al Bayern de Munich y derrotar en la final al Real Madrid. Ferguson saltaría del Aberdeen al Manchester United, donde se haría leyenda.
Pinto hizo pasantías con directores técnicos tan reconocidos como los brasileños Oswaldo Brandao y Claudio Coutinho; el holandés Rinus Michels, el inventor del fútbol total, en Colonia; el austriaco Ernst Happel, en el Hamburgo; el ucraniano Valeri Lobanovski, en el Dínamo de Kiev, y el italiano Giovanni Trapattoni, en la Juventus. Y luego, lentamente, comenzó a abrirse paso en el difícil mundo del fútbol, sin haber sido jugador, sin tener padrino alguno.
“Fui quemando las etapas de un entrenador clásico –comenta Pinto–. Divisiones menores en Millonarios, gané reservas, gané títulos o subtítulos con equipos chicos profesionales, como Unión Magdalena, con el que llegué a grandes finales. Luego pasé a equipos grandes y peleé cosas grandes. Con Santa Fe fui subcampeón. Con Millonarios fui subcampeón. Después conocí el mundo internacional. Fui a Alianza Lima y, contra los pronósticos del mundo entero, quedé campeón diecinueve años después de su último título. Fui a Costa Rica y después a Venezuela, y quedé campeón. Dirigí una selección que no fue la colombiana para poder llegar a la colombiana. Y después llegué a la colombiana. Y ahí me debato”.
Pinto fue sumando experiencia hasta ser nombrado técnico de la selección de Costa Rica, sobre la que nadie daba un peso en Brasil 2014 por el bravo grupo que le había tocado: Italia, Inglaterra y Uruguay. Nada qué hacer. Ahí no había de dónde pescar siquiera un punto. Los mismos costarricenses se mostraron resignados. Pero el santandereano calló a propios y extraños. Costa Rica derrotó a Uruguay y a Italia y empató con Inglaterra; pasó de primero en su grupo y llegó a cuartos de final, donde perdió con Holanda por tiros desde el punto pénal. No perdió y apenas recibió dos goles. Una proeza que será muy difícil de repetir.
Suficiente ilustración para conversar con él sobre lo que espera del Mundial de Rusia, que empieza el próximo mes.
¿Cuál es su equipo favorito para Rusia 2018?
No hay uno solo. Está, indudablemente, Brasil. Está, lógico, Alemania, al que conozco muy bien. Y las sorpresas las pueden dar Francia o Bélgica, que tiene una generación de jugadores brillante y que ya vivió varios mundiales en los que se ha quedado por algún motivo. Todo esto con respeto por Argentina, que tiene el mejor jugador del mundo y, normalmente, el mejor del mundo hace ganar a su equipo. Pero no sé si Argentina haya podido construir un equipo.
¿Y España? ¿No confía en ella?
Está construyendo equipo y no he podido verlo competitivamente bien. Pero está tras los tres o cuatro protagonistas.
¿Su equipo sorpresa es Bélgica?
Yo veo a Bélgica, pero también a Colombia.
¿A Colombia?
Sí, porque tiene una generación de jugadores excepcional. De pronto no se ha estructurado bien en la parte defensiva. Ahí ha habido cambios, pero tiene gol. Y tener gol en un Mundial es clave.
A uno le preocupa la edad. El principio del partido contra Francia, uno veía a Abel Aguilar lento y a Carlos Sánchez también. La edad pesa. ¿O es una impresión?
No mire la velocidad que tuvo Colombia, sino la de Francia. Francia impuso el ritmo, toda la dinámica del juego, una velocidad extraordinaria, una velocidad técnica muy buena. Eso es lo que me preocupa. Yo digo que Colombia hoy le puede ganar a cualquier equipo del mundo. Pero también puede perder con cualquiera.
¿Puede ser una preocupación, para la lentitud de Colombia, que este Mundial sea muy rápido?
Va a ser rápido, pero nosotros no somos tan lentos. En ciertos momentos parecemos lentos, pero no somos lentos. El Mundial va a ser más rápido porque el clima va a favorecer mucho. No va a haber el clima de Brasil. Y porque se va a jugar en Europa, donde las canchas las mojan todas, en fin. Va a ser más rápido el fútbol.
¿Y hasta dónde puede llegar Colombia? Le tocó un camino muy complicado porque le toca, si pasa, contra Bélgica, Inglaterra o Alemania.
Hay que ver el nivel que presente en el cuadrangular. Yo pienso que lo gana porque sus méritos y sus capacidades hacen pensar eso. ¿No? Hay que esperar. Diría que si Colombia pasa, puede ser protagonista porque se agarra una confianza grande. Y lo más difícil que hay en el fútbol, Colombia lo hace fácil, que es hacer goles. Tiene un volante creativo que propone mucho, y tiene goleadores. No se había dado en la historia del fútbol colombiano que tuviéramos cinco jugadores que se pelearan la posición de centro delantero.
¿Y es clave haberle ganado a Francia ese amistoso? Colombia no le había ganado a ningún grande europeo.
Es clave haber ganado por lo que representa en confianza, en seguridad, pero hay que ratificarlo en la competencia oficial.
¿De qué manera tendría que jugar Colombia? ¿Le gusta?
Yo he dicho una palabra que ha causado sorpresa en Colombia, y es que Colombia tiene muy buen fútbol, muy buenos jugadores, pero me gustaría verla con un poquito más de cosmetología táctica.
¡Cosmetología táctica! ¿Y eso qué es?
De pronto lo puede explicar bien una mujer o Norberto el peluquero.
¿Pero qué diablos es eso?
Me gustaría que le pusieran un poquito más de algunos conceptos tácticos para hacerla un poco más equilibrada.
Pero si habla de cosmetología uno puede pensar que está hablando de maquillaje para que se vea más bonito el juego. ¿Es eso?
No, no más bonito, sino más equilibrado, más compacto como equipo y mejor dispuesto en el campo de juego en algunos momentos.
¿Cuáles son los errores que le detecta cuando la ve menos dispuesta?
Los que cometió contra Francia. Usted me pregunta ¿y por qué nos atacaron tanto? Nos faltó velocidad colectiva, mejor presión. Eso quiero de Colombia, que sea un poco más constante en esos aspectos.
¿Qué le gusta de Pékerman y qué no?
Me gusta el manejo que le ha dado al grupo, un manejo tranquilo, de mucha amistad. Me gusta el manejo que le da a los medios, hay que ser respetuoso en ello. Y me gustaría un tinte más de concepto táctico en el equipo.
¿Cree que habrá alguna innovación en este Mundial?
Innovación táctica muy profunda, no; en estructuras. Hay innovación en la funcionalidad. En lo que se llama sorpresa, en lo que se llama relevos, en lo que se llama desdobles. En la improvisación. Porque veo que hay buenos jugadores en cada equipo. He venido diciendo que este Mundial puede ser el mundial de los centros delanteros porque hay mucho centro delantero de gran calidad.
¿Y eso determinará que los equipos jueguen para ellos?
Y que va a haber goles. No le quepa la menor duda. De alguna manera, los delanteros de clase se rebuscan los goles.
¿O sea que este Mundial puede ser mucho mejor que los anteriores?
Puede presentar un promedio de gol bastante alto.
¿Qué equipo le gusta a usted que esté desplegando el mejor sistema de juego?
Brasil, no tanto por el sistema sino por la disposición. No es nada extraordinario ni nada nuevo. Lo veo muy equilibrado, lo veo muy bien dispuesto en el campo de juego, lo veo con las fichas ideales para las posiciones, que no es fácil encontrarlas. Marcadores de punta un poco más equilibrados, un buen arquero, volantes mixtos con una capacidad extraordinaria, como Paulinho, que sorprenden, y hombres de punta con la funcionalidad precisa en el perfil, en la zona, y con el desequilibrio y la colectividad ideal.
O sea que, definitivamente, Brasil es su favorito.
Sí. Me encanta el equipo, aunque a veces es irregular, como Argentina.
Ya que vuelve sobre Argentina, ¿por qué que la Argentina de Messi no ha podido ganar nada?
Pacho Maturana y otros técnicos hablaban de que uno juega como vive. Yo diría que en Argentina hay una pequeña conmoción en todos los aspectos, especialmente en el fútbol, en la organización del fútbol, en lo que atañe a jugadores, clubes y todo eso. Y, segundo, en el manejo que han tenido con los técnicos. No se puede estar cambiando técnicos porque lo que uno hace en un club de fútbol durante un año, en una selección lo hace en mínimo dos años. Los ciclos por eso tienen que ser mínimo de dos años. ¿Por qué? Porque, así sea tiempo, no hay mucho tiempo. Pienso que Argentina ha sentido eso: la mano diferente de buenos técnicos.
Es paradójico que tenga tan buenos técnicos sin que hayan logrado ganar.
Porque no han logrado permanecer. Eso afecta al equipo. A Argentina le está pasando como si en un país como Colombia o como Perú cambiáramos de presidente cada año. No podría consolidarse ni lo bueno ni lo malo. Eso le pasa a Argentina.
Dice que conoce muy bien a Alemania. ¿Qué tiene Alemania que no tiene ningún otro equipo?
Una estructura que es difícil de vencer. Tiene un equipo con buenos jugadores, bien formados, que vienen en procesos competitivos muy buenos. Tienen una liga extraordinaria y manejan conceptos tácticos importantes. Son muy regulares en la competencia y… tienen algo más. Eso hace que sean protagonistas siempre. Es el equipo más regular y ser regular es fundamental en un Mundial.
¿Una liga extraordinaria? ¿Cree que la liga de Alemania es igual que competitiva que la de Inglaterra, España e Italia?
Igual o mejor en muchos aspectos. Por ejemplo, no tienen las debacles económicas que han tenido las otras. Es un país con poder económico propio. Los inversionistas no vienen de afuera. En los clubes, el 70 por ciento de los jugadores son locales. Encontrar en Inglaterra un fútbol propio es imposible. Encontrar, por el camino que lleva España, un fútbol propio, también es imposible. Si hablamos de una liga de las mejores, hay que preguntar quiénes la conforman, porque si a un país le decimos que tiene la mejor cultura del mundo, pero todos son extranjeros…
¿O sea que el hecho de que los árabes, rusos, norteamericanos y chinos se estén tomando las ligas en Inglaterra, España y Francia, perjudica las ligas?
No las perjudica pero las hace inestables y sorpresivas. En cualquier momento el inversionista revuelve que se va, saca su dinero y deja el equipo como quede. Lo que está viviendo en Europa es lo que Colombia vivió hace veinte o treinta años con la gente de la mafia. No podemos negar que le entregó cosas buenas al fútbol pero también unas estructuras que desaparecían de la noche a la mañana. Ahí está el caso del América. El miedo es que en España e Inglaterra los inversionistas digan de pronto: “hasta luego, ya no sigo más”. Entonces llegan las debacles. En Alemania no va a pasar nunca eso.
¿Cómo ve usted el declive de Italia?
Es un fenómeno circunstancial. Pobreza en el país. Crisis económica en el país, lo que no ha permitido sostener a algunos jugadores buenos, que se han ido. Lo otro es que esa inyección de jugadores extranjeros, especialmente suramericanos, al fútbol italiano, no la han podido detener. Antes tuvieron al mejor del mundo, que era Maradona, hoy ni siquiera tienen al vigésimo del mundo. Eso se nota también en el rendimiento. Si usted quita los jugadores extranjeros que hay en España y en Inglaterra al fútbol, ¿qué queda? En cambio, si le quita los jugadores extranjeros hoy a Alemania, es poco lo que le quita. ¿Se imagina al Barcelona sin los extranjeros o al Real Madrid sin los extranjeros?
Los comentaristas hablan de que Guardiola revolucionó el fútbol en el Barcelona. ¿Qué opina al respecto?
Guardiola como técnico le demostró al mundo casi la perfección del fútbol. Y lo sigue demostrando. Lo que pasa es que en ese momento tuvo los mejores jugadores del mundo. Eso se necesita. Usted no puede armar buena música sin buenos músicos. Él lo hizo y es reconocible lo que hizo. Como todo, le falta algo. Guardiola es un extraordinario técnico pero le falta cuidar la espalda.
¿Qué opina de Zinedine Zidane?
Hay jugadores que pasan al banco y eso tiene sus pecados, sus errores y sus faltas de experiencia. Tuvo éxito porque es un técnico motivador y cooperador, pero cuando pasa la motivación y la cooperación, termina todo. No existe la estructura que defienda un concepto de trabajo.
¿O sea que en el momento que baje la motivación, Zidane también bajará?
Se está cumpliendo lo que yo pensé. Mi hijo es muy hincha del Real Madrid. Le dije: “papito, póngale cuidado al primer año de Zidane”. Como lo dije cuando llegó Capello: “el primer semestre de Capello no sirve, pero el segundo y el tercero, gana todo”. Y ganó todo. Porque uno conoce lo que es manejar un equipo.
¿Y Mourinho, que tiene fama de ser un tipo estricto, exigente casi hasta la exasperación?
Lo que pasa es que la exigencia es la única forma de tener éxito en cualquier actividad de la vida. Entonces a nosotros los exigentes nos dicen que peleamos, que tenemos carácter. La exigencia tiene sus pros y sus contras: es muy buena porque es la que produce los mejores resultados. Y para mí Mourinho es el técnico más conceptual que he conocido. Después de Rinus Mitchell, es el técnico más conceptual desde el punto de vista táctico. Lo que no tiene en su totalidad Guardiola. Pero, como en todo, hay errores y fallas. De pronto hay algunos jugadores que se cansan, como en todas partes, o no les gusta la exigencia táctica. El técnico light en táctica, no tiene confrontación. El técnico exigente tácticamente, tiene confrontación. Bilardo, por ejemplo, le dijo a Pasarela “no”. Y quedó campeón del mundo. Rinus Mitchell paró a muchos jugadores. Sacó al peruano Hugo Sotil del Barcelona, el mejor jugador de Latinoamérica en ese momento. Y yo le pregunté por qué y me contestó: “porque es muy perezoso”. Con eso me dijo todo. Hennes Weisweiler, un famoso técnico alemán de los sesenta y setenta, sacó a Overath, y era el mejor jugador alemán. Entonces hay que saber entender por qué sí y por qué no, que es donde, de pronto, yo encuentro esa confrontación con los medios, que no valoran la verdad absoluta sino el chisme absoluto.
¿Y a James le debió de pasar eso en el Real Madrid de Zidane?
En parte. Hay otras cositas que de pronto no se conocen y que Zidane sí conocía. Y fue respetuosísimo con James. De pronto no encontró la mejor disposición… y otras cositas. Pero sobre esas cositas no me pregunte.
James está jugando a otra cosa en el Bayern. ¿Usted cree que es por Hainckes?
El técnico supo explotarle la característica de juego dentro del equipo. A veces a algunos jugadores líderes el técnico les ayuda a conformar el equipo, o a meterlos donde encuentra mejor productividad. Fue lo que Zidane de pronto sacrificó. Ancelotti lo hizo pero no tuvo el respaldo del equipo. Y Heinckes encontró la posición ideal para James, respaldado por el trabajo de equipo. Por eso James está hoy en una condición de producción muy buena.
¿Se está jugando el mejor fútbol de la historia?
Es muy bueno. Hay muchos equipos. De pronto el mejor de la historia no tanto, porque hay países que han tenido un gran fútbol, como lo tuvo Inglaterra hace 25 años, como lo tuvo Italia hace 15 o 20 años con el famoso Juventus, como lo tuvo Real Madrid con Di Stefano o el Bayern de Munich de Beckenbauer o el Ajax de Cruiff. Son etapas que se dan y que muestran un nivel de fútbol muy bueno.
¿Y qué tiene el fútbol ahora que no tuviera hace 25 años?
Yo preguntaría qué tenía el fútbol de hace 25 años que no tiene el de ahora. El fútbol de ahora tiene una técnica en velocidad mucho más exigente, una condición de fútbol colectivo mucho más productiva. Hoy los equipos que no juegan en equipo no son ganadores.
*Publicado en la edición impresa de mayo de 2018.