30 de diciembre del 2024
 
Fortificaciones de Cartagena
Febrero de 2018
Por :
Credencial Historia

UN ARQUITECTO, UNA OBRA: ANTONIO DE ARÉVALO Y LAS FORTIFICACIONES DE CARTAGENA

La historia de las fortificaciones de Cartagena de Indias y de su bahía es bastante dilatada en el tiempo y en su desarrollo participaron numerosos expertos de diferentes nacionalidades enviados por la Corona española. Sobre esta historia hay numerosos documentos en los que se ha detallado el proceso y se han destacado quienes dejaron una huella más profunda en la ciudad amurallada. El ingeniero militar Antonio de Arévalo es uno de ellos.

Arévalo nació en Castilla la Vieja en 1715, y luego de varios trabajos en España arribó a Cartagena en el año de 1741, para trabajar a órdenes de Juan Bautista Mac Evan, nombrado por la Corona como director general de las obras que se debían realizar en la bahía y en la fortificación de sus entradas. Al fallecer Mac Evan, Arévalo trabajó bajo las órdenes de Lorenzo de Solís hasta 1757 cuando fue nombrado por Carlos III en el cargo de director general de las fortificaciones, labor que ejerció hasta poco antes de su muerte.

Arévalo tuvo numerosos encargos de importancia. Intervino en el Castillo de San Fernando y en la Batería de San José de Bocachica y, como contraparte, construyó la escollera submarina que impide la entrada de barcos por el canal de Bocagrande, que todavía existe. Participó en la ampliación y terminación del Castillo de San Felipe de Barajas y construyó el cuartel de Las Bóvedas con el cual se completó el cinturón amurallado y, en líneas generales, el sistema de fortificaciones de Cartagena. Su retiro se produjo en 1791 y vivió en la ciudad hasta su fallecimiento 9 años después.

El Fuerte de San Fernando de Bocachica es, sin duda alguna, una obra maestra de la ingeniería-arquitectura militar. El proyecto inicial se debió a Mac Evan y su construcción se inició en 1753. Bustamante lo describe así: “La planta del fuerte semeja una ‘herradura de caballo’, está circundada por un foso húmedo y la constraescarpa limita la suave pendiente de glacis. En la plaza de armas se encuentra una rampa de acceso a la plataforma superior. Los espacios interiores son bóvedas ojivales donde funcionaban la capilla, el hospital, los almacenes la cocina y los cuarteles de oficiales. Se destacan también la garita circular de la “escalera secreta”, la portada neoclásica y el muelle de piedra”[1].

 

[1] Bustamante, Germán y Bustamante, María Sixta. Cartagena de Indias, Colombia. Guía de la ciudad histórica. Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, pp. 143-144.