PERSONAJES DEL AÑO (1987 - 1989)
1987
Héctor Abad Gómez
Asesinado en Medellín el 25 de agosto de 1987, junto con Leonardo Betancur Taboada, cuando entraban a la sede de la Asociación de Institutores de Antioquia (Adida) donde se velaban los restos de su presidente, Luis Felipe Vélez Herrera, asesinado en la mañana de ese mismo día. Los tres homicidios son el comienzo de una de las épocas más siniestras en la historia de Colombia, en que se conjugaron la derecha fascista, el paramilitarismo y el narcotráfico para liquidar por medio de la violencia a todas aquellas personalidades democráticas comprometidas en la defensa de los Derechos Humanos, destruidos en Colombia por la troika mencionada, ante la indiferencia, si no la complacencia, y aun la complicidad, de las autoridades. En el momento de caer abatido por las balas de los sicarios asesinos, Héctor Abad Gómez era el presidente del Comité de Defensa de los Derechos Humanos en Antioquia. Había nacido en Jericó el 2 de diciembre de 1921 y obtuvo el grado de doctor en medicina en la U. de Antioquia. Escribió numerosos libros sobre temas diversos. El último de ellos, Manuel de Tolerancia, pocos meses antes de su muerte alevosa a manos de los intolerantes.
1988
Carlos Mauro Hoyos
Secuestrado y asesinado el 25 de enero de 1988 por el ala narcotraficante de la ultraderecha paramilitar, el Procurador General de la Nación, Carlos Mauro Hoyos, era una de las figuras más respetables y respetadas de la política colombiana por sus actuaciones acrisoladas en el Ministerio Público que honraban una larga carrera parlamentaria. En su desempeño como Procurador Carlos Mauro Hoyos levantó la bandera de la incorruptibilidad en un ambiente deteriorado por una inmensa corrupción generada en la actividad del narcotráfico, cuyos dineros ilegales y super abundantes habían permeado buena parte de nuestra burocracia y de la élite política y social. Carlos Mauro Hoyos se dedicó a combatir la corrupción de los funcionarios, a prevenir a la sociedad del peligro en que se encontraba debido a la creciente corruptela que estaba erosionando y arruinando las instituciones democráticas, y advirtió que la primera víctima de esta avalancha de narco corrupción, que a ratos se encubría con el disfraz de la lucha contra el comunismo, serían los derechos humanos. La actitud incorruptible de Carlos Mauro Hoyos frente al crimen le costó la vida.
1989
Luis Carlos Galán
Asesinado en Soacha, Cundinamarca, el 18 de agosto de 1989, por una conjura de la mafia de ultraderecha narco paramilitar a la cual había jurado destruir si llegaba a la presidencia de la República, Luis Carlos Galán se perfilaba como el más seguro ganador de las elecciones presidenciales que escogerían el mandatario colombiano para 1990-1994. No obstante las amenazas reiteradas de muerte que recibió en las últimos meses, y la incertidumbre sobre la eficacia de la protección que se le prestaba por parte de organismos estatales, y el peligro que para su vida representaba una plaza como Soacha, Luis Carlos Galán, con el valor civil que lo caracterizó en su fulgurante carrera política, acudió sin vacilar a la cita con sus miles de entusiastas seguidores. Al subir a la tarima construida en la plaza pública para el evento, Luis Carlos Galán fue acribillado por asesinos situados debajo de las tablas, y en circunstancias en que nadie se explica en dónde estaban las autoridades que debían proteger la vida del candidato liberal. Después de Jorge Eliécer Gaitán, nadie ha encarnado tanto, como Luis Carlos Galán, las esperanzas de un pueblo.