Los sellos postales y las conmemoraciones de la independencia
Nos centraremos en este artículo en aquellos sellos que circularon en el Centenario de la Independencia de Colombia en 1910, en el sesquicentenario de 1960 y como preparación del Bicentenario en 2010, así como otros individuales a lo largo de la primera mitad del siglo XX.
Serie del centenario de la independencia nacional, 1910
Para conmemorar el Centenario de la independencia nacional se seleccionaron 10 motivos y la producción se encomendó a la empresa especializada American Note Bank Co. NY. El primer día de servicio no se registra en los catálogos, debió ser en ese año de 1910 recién posesionado el presidente Carlos E. Restrepo. La producción alcanzó un total estimado de 2.938.000 unidades, un poco inferior a lo pactado, pues la contratación establecía un total de tres millones de unidades. Los sellos del Centenario fueron grabados en planchas de acero y fueron el inicio de la producción con esta técnica en estampillas colombianas. A Nueva York se enviaron retratos tamaño postal en blanco y negro de retratos al óleo y de estatuas. Con estos referentes trabajaron los grabadores. Se conservan entre los coleccionistas pruebas y maculaturas de la emisión y las muestras fotográficas.
Esta serie tiene un total de 10 sellos, ocho motivos diferentes para servicio ordinario de superficie, una para servicio de Acuse Recibo y otro para Recomendado. Son sellos de ocho personajes (tres dedicados a Bolívar), de éstos, tres fueron actores de primer orden en la revolución de independencia del 20 de Julio: Torres, Caldas y Acevedo y Gómez. Además Nariño, figura destacada en la capital del Virreinato desde el siglo XVIII. Otros tres personajes aún no tenían figuración política o militar en Santafé para 1810, pero luego serán emblemáticos en las guerras de independencia: la Pola, Bolívar y Santander.
Un sello apaisado reproduce un escenario de guerra: el desfile de los reos patriotas al patíbulo que serán fusilados por orden del teniente coronel español Pablo Morillo en Cartagena el 24 de febrero de 1816, en plena reconquista. Los fusilados de Cartagena eran siete granadinos, un inglés y un militar español, devoto de la revolución patriota.
Camilo Torres Tenorio, LT 253. Circularon 200.000 unidades, con valor facial de ½ c, color violeta y negro. Se conocen pruebas de color con centro invertido y se registra en los catálogos de Leo Temprano (LT) con el Nº 253, Scott 331, con 12 perforados. Antonio Nariño y Álvarez, el sello es el de mayor tiraje de la serie, en carmesí, con 1.600.000 unidades de 2 c, LT 255, Scott 334. Francisco José de Caldas, circularon 35 mil unidades con su efigie, 10 c, castaño violeta; LT 257, Scott 335. Policarpa Salavarrieta, primera mujer en aparecer en sellos de correos en América. Circularon 606 mil unidades, verde y negro de 1 c, LT. 254, Scott 333. Un segundo retrato de la Pola circuló en el bicentenario de su natalicio, un óleo de José María Espinosa, LT 2016. Francisco de Paula Santander, circularon 25.000 unidades, color castaño gris 20 c, LT 258 y Scott 336.
Fusilados en Cartagena el 24 de febrero de 1816 por orden del gobierno español. De este sello para Servicio Recomendado se emitieron 8000 unidades; fue retirado del servicio el 7 de agosto, luego restituido para servicio doméstico y salió de la circulación internacional. Por decreto del 30 de diciembre de 1911 se ordenó la incineración de los saldos, aunque debieron subsistir algunos hasta 1916, según Hernán Gil, director del Museo del Banco de la República, sucursal de Medellín, en nota de la revista del Museo de abril de 1980. Por tradición oral los coleccionistas mencionan una reclamación diplomática de la legación española por motivo del sello, pero nadie ha tenido acceso al documento; algo que forma parte del imaginario de la filatelia colombiana y quizás debido más a una autocensura del gobierno de la época. Circularon 35.000 unidades de 10 pesos, rojo y negro, LT R19 y Scott 338.
Simón Bolívar, forma parte de la serie tres estampillas vinculadas con la efigie de Bolívar: un retrato y dos reproducciones de los grabados de bronce que se encuentran adosados al pedestal del monumento de la Plaza de Bolivar de Bogotá. El sello de su efigie tuvo 460.000 unidades, de 5 c, azul. Una de las placas se identifica en los catálogos LT 260 y Scott 337, 1 peso, violeta, con el texto “Cambiadme Señor, todos mis títulos por el de buen ciudadano“. El otro sello, LT 259 y Scott 338, incluye la leyenda “Imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos“, valor facial de 10 pesos. Circularon de ambas, 8000 unidades. Estos dos sellos son de las más valoradas por el coleccionismo entre las estampillas de la serie del Centenario.
Serie del sesquincentenario, 1960
En la administración de Alberto Lleras, primer presidente del Frente Nacional, se realizaron los preparativos y los actos de los 150 años de la Independencia. Se encomendó a la Academia Colombiana de Historia la programación de la conmemoración del sesquicentenario y la organización del Museo del 20 de Julio en la calle 11 con carrera 7ª. Se restauraron diversos escenarios de la vida nacional, inmuebles, templos, casas históricas, sitios de batalla, se realizaron desfiles militares, de juventudes y otros actos cívicos y publicaciones. Circuló una serie postal conmemorativa integrada por una Hoja Filatélica, con tres perforados y 12 sellos individuales.
En la serie se destacan: el diseño de Mosdossy. Quizá el más diestro, entre los diseñadores de sellos colombianos, por su maestría en el dibujo y la laboriosidad de varias décadas. Son sellos impresos en policromía, técnica introducida a finales de la década anterior, porque antes los sellos eran monocromos o de dos colores. La producción de esta serie se encomendó a la casa impresora Staatsdruckerei Wien.
Confluyen elementos de la simbología patriota en varios motivos: pabellones con escudo nacional, heráldica de ciudades, monedas y cinco sellos con personajes vinculados a la lucha por la libertad y la soberanía del pueblo. El pabellón nacional con el escudo en dos sellos, LT 995 y 1000. También se destaca la vinculación histórica de dos ciudades en su lucha por la independencia: Cartagena y Mompox con sus escudos otorgados por el rey de España al poco tiempo de su fundación hispánica. En una hoja filatélica con tres perforados se encuentra la reproducción de dos monedas de la primera república, y los escudos de Cartagena y Mompox que aparecen también en sellos individuales.
La serie la integraron 21.5 millones de unidades, los más numerosos los dos sellos de banderas con escudo: 10.500.000 unidades en dos valores 35 c y 1.45. Nueve motivos se asignaron al correo aéreo con once millones y para correo de superficie seis millones de unidades con tres motivos. La serie circuló el 20 de julio de 1960. Incluyó:
1. José Antonio Galán.
2. La casa del florero cuna de la República, se titula el sello que reproduce la fachada del inmueble de la Calle 11 con carrera 7 de Santafé. Amenazando ruina y con el riesgo de ser derribado en un proyecto de ampliación de la calle 11, iniciativa del alcalde Mazuera Villegas, la casa fue rescatada por el Ministro de Obras Virgilio Barco. Se reforzó el inmueble y reconstruyó con elementos traídos de la demolición del convento de Santa Inés. La casa se había salvado del incendio del 9 de abril. Allí la Academia Colombiana de Historia, el Museo de Arte Colonial, el Museo Nacional y la Quinta de Bolívar reunieron retratos, muebles, documentos, armas, uniformes distribuidas en diversas salas y se formó el jardín de Nariño en lote obsequiado por el Banco de la República con especies nativas y un obelisco. Tildada hoy aquella restauración del inmueble de falso histórico fue recientemente sometida a una remodelación para el bicentenario. Se le ha cambiado el nombre por Museo de la Independencia.
3. La Bagatela.
4. Canónigo Andrés Rosillo, Antonio Villavicencio y completa el tríptico Joaquín Caycedo y Cuero. Tríptico del sello castaño, naranja y verde, LT 996, 60 c. Circularon un millón de unidades.
5. Antonia Santos, José Acevedo y Gómez y Liborio Mejía figuran en el sello de fondo verde, valor facial $1.65 y medio millón de unidades.
6. Joaquín Camacho, Jorge Tadeo Lozano y completa el tríptico José Miguel Pey.
7. En un díptico carmesí y negro figuran Manuel Bernardo Álvarez y Frutos Joaquín Gutiérrez.
Otros sellos de 1910 a 1960
Vuelven a emitirse en la primera mitad del siglo XX, en emisiones individuales o en series, en diversos años, las efigies de los próceres militares Bolívar, Santander, Sucre, Joaquín Caicedo y Cuero, José Antonio Galán, sin que, en muchos casos, correspondan a conmemoración alguna.
En 1917 circuló una serie vinculada a la Independencia Nacional que incluía un obelisco del Campo de Boyacá, anticipándose al Centenario de la Campaña Libertadora de la Nueva Granada, 1919, con un poco menos de 80 millones de unidades. Constituían la serie nueve militares colombianos y venezolanos vinculados a las guerras de emancipación, sacrificados algunos en la horca o fusilados por orden del teniente coronel Pablo Morillo. En 1917 se repiten sellos de Caldas, Torres, Nariño, Santander, Bolívar, Sucre. Ingresan a la galería patriota Ricaurte y Córdoba. De Camilo Torres se emiten 40 millones de 1 c, verde, LT 262 y 21.600.000 de Nariño, LT 263 2 c, rojo carmín. Luego se usará con resellos en el primer servicio postal aéreo el 18/6/1919.
En 1941 circuló un sello muy significativo, titulado Declaración de Independencia, grabado en plancha de acero, por la American Note Bank Co NY., inspirado en la escenificación recreativa de la noche del 20 de Julio realizada por Coriolano Leudo. Óleo de gran formato que fue destruido por las llamas en los incendios del 9 de abril de 1948, y del que se habían reproducido algunas litografías; es además la única pintura conocida, que recrea la escena al interior de la Casa Consistorial o del Cabildo, donde se firmó el Acta del 20 de Julio de 1810. Circularon en enero de 1941 dos sellos, de 1 peso, de sobreporte en azul y negro, 50.000 de aéreo, LT 529 y otra de 3 pesos, LT 634, carmesí y negro, 18.000 unidades para servicio ordinario. Es en 150 años la única escenificación de la suscripción del Acta.
En 1950, con ocasión del 135 aniversario de su muerte, circuló un retrato de Antonio Baraya.
La filatelia desde 1910 viene registrando, en emisiones postales, los personajes de la que se podría denominar como Galería Patriota. Aquellos colombianos y extranjeros que dedicaron su esfuerzo y aún su vida por lograr la independencia política. Al decir de Alberto Lleras esto tiene una explicación y justificación “porque las democracias de América Latina necesitan cultivar una tradición que les dé fisonomía y les inspire confianza en las energías propias para las luchas por la supervivencia económica y por la personería política. Ninguna escuela mejor para adquirir esta educación que el carácter que el culto a los héroes y el recuerdo siempre vivo de las hazañas de la epopeya libertadora…” (Lleras, 1967).
Primera serie del bicentenario, 2009
El retrato fue el género dominante en la plástica patriótica de los siglos XIX y XX. A su rescate se aplica la primera serie del Bicentenario puesta en circulación en 2009, dedicada a registrar los actores y promotores ideológicos de la revolución de independencia: juristas, obispos, curas que redactaron catecismos patriotas, y militares que luego fueron formadores de la oficialidad del ejército de la Primera República.
La serie destaca tres sacerdotes. El canónigo Andrés Rosillo y Meruelo, el presbítero Nicolás Mauricio de Omaña y Juan Fernández de Sotomayor. También están Antonio Villavicencio, el teniente coronel José Ramón de Leyva, Antonio Morales Galavís, José Félix de Restrepo, Camilo Torres, Juan de Dios Morales Leonín y José María Carbonell. Los retratos que se reproducen en la serie son anónimos en su mayoría y se conservan en la pinacoteca del Colegio del Rosario y en el Museo de la Independencia.
Consideraciones finales
Más de medio centenar de sellos de correos constituyen la huella filatélica que registra el universo iconográfico de la independencia nacional: tres series conmemorativas y una próxima a circular en este año del Bicentenario. Adicionalmente, estampillas que los gobiernos en su programación anual hicieron circular en un proceso de recuperación de figuras de la vida nacional que en su momento fueron decisivas para trazar el rumbo de la independencia. Este ejercicio de identificación icónica en la filatelia es un ejercicio aproximativo de visualización de lo que en un medio tan mediático, pero limitado, como los sellos postales ha dejado como fuente de registro, estudio y de contemplación en esas miniaturas filatélicas que son a la vez testimonio de múltiples facetas de la tradición patrimonial de nuestra nacionalidad.
[Digitalización de las imágenes Juan Luis Andrés López Villa a partir de la colección de Rodrigo Uribe Jaramillo.]