LAS ORQUÍDEAS COLOMBIANAS EN EUROPA EN EL SIGLO XIX ENTRE LA CIENCIA Y EL COMERCIO
A lo largo del siglo XIX varios científicos y aficionados europeos vinieron a Colombia a recolectar plantas con dos objetivos en particular: uno científico, conocer y clasificar la flora local con fines eruditos y económicos, y otro puramente comercial, recolectar plantas para venderlas a coleccionistas privados en Europa. Las orquídeas fueron de especial interés, tanto para los científicos como para los comerciantes (imagen 1). El objetivo de este artículo es analizar la presencia de orquídeas en estos dos tipos de colecciones y las prácticas de su coleccionismo.
La primera colección botánica, reunida entre 1786 y 1816, corresponde a los más de 20.000 ejemplares recolectados en el marco de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1816). Actualmente ésta se encuentra dispersa entre el Real Jardín Botánico de Madrid, el Instituto Smithsoniano en Washington y el Herbario Colombiano en Bogotá. Las conocidas láminas botánicas de la Expedición también hacen parte de este herbario. Si bien tanto en el herbario como en las ilustraciones hay una gran cantidad de orquídeas, muchas de ellas solo fueron descritas y nombradas hasta mediados del siglo XIX, cuando científicos y aficionados europeos vinieron a Colombia en busca de estas plantas. Este fue el caso de la Oncidium alexandrae (Odontoglossum Crispum) y de la misma Cattleya trianae, presentes en las láminas, pero únicamente descritas y nombradas, respectivamente, en 1843 y 1860.
A principios del siglo XIX, Alexander von Humboldt (1769-1859) visitó el Nuevo Reino de Granada. En sus obras se describen ampliamente sus viajes por la América equinoccial, travesías durante las cuales recolectó una gran cantidad de plantas. Humboldt estaba maravillado con las orquídeas americanas, llegando a decir que la vida entera de un pintor sería muy corta para dibujar todas las magníficas orquídeas que adornaban los valles de los Andes peruanos. En Colombia recolectó una gran cantidad de plantas que, en su mayoría, actualmente se conservan en el herbario del Museo de Ciencias Naturales de París.
Édouard-François André (1840-1911) / Édouard Riou (1833-1900) Recolección de Schomburgkia 1878, grabado sobre papel, Le Tour du Monde © Marta Ayerbe
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José Jerónimo Triana (1828-1890) – recolector Catleya Triana Lindt & Rehb. 1852, material orgánico sobre papel COL 03314 © Herbario Nacional Colombiano - Instituto de Ciencias Naturales - Universidad Nacional de Colombia
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Ya bien avanzado el siglo XIX, a medida que las orquídeas eran más reconocidas en Europa, vinieron a Colombia algunos científicos y aficionados europeos con el objetivo de explorar e identificar la flora local y su potencial económico (imagen 2). Sus periplos eran financiados por instituciones científicas o gobiernos extranjeros. Este fue el caso de la expedición por América del Sur del alemán Karl Theodor Hartweg (1812-1871), financiada por la Royal Horticultural Society de Londres. Hartweg visitó Colombia en 1840 y recolectó varias orquídeas, entre ellas la Oncidium alexandrae (Odontoglossum Crispum), planta ya ilustrada por la Expedición Botánica, pero hasta entonces desconocida para la ciencia. El luxemburgués Jean-Jules Linden (1817-1898), uno de los orquideólogos más importantes de Europa, visitó Colombia entre 1841 y 1843 en una expedición científica financiada por el gobierno belga y recogió una gran cantidad de orquídeas, colección que luego sería motivo de una importante publicación en Europa. Linden y Hartweg se llevaron tanto especímenes vivos, para colecciones privadas y comerciales, como plantas secas, destinadas para los herbarios.
Autor desconocido Odontoglossum Crispum tal como se importa 1900, fotograbado, The amateur orchid cultivators' guide book © University of California Libraries |
Autor desconocido Cattleya house en Highbury, residencia de Joseph Chamberlain M.P. 1900, fotograbado, The amateur orchid cultivators' guide book © University of California Libraries
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José Jerónimo Triana (1828-1890), el botánico colombiano más famoso del siglo XIX, trabajó entre 1853 y 1857 con la Comisión Corográfica. Esta fue un proyecto científico impulsado originalmente por el gobierno de José Hilario López (1798-1869) y dirigida por el ingeniero Agustín Codazzi (1793-1859), cuyos principales objetivos fueron realizar una descripción completa del país, levantar un mapa actualizado y reconocer los recursos naturales para impulsar la economía. Durante esos años Triana recolectó más de 8.000 especies, entregadas al gobierno nacional en 1857, las cuales en el siglo XX pasaron a ser la colección fundacional del Herbario Colombiano (imagen 3). Anteriormente, en Colombia se había intentado establecer tanto herbarios como jardines botánicos, sin embargo, estos no habían prosperado y el rastro que se conserva de ellos es muy limitado. Debido a lo cual, la colección botánica de Triana puede considerarse la primera hecha en Colombia con el objetivo de permanecer aquí. Sin embargo, Triana, en cuyo honor se nombró en 1860 la Cattleya trianae, en 1858 también había trasladado muchos de sus especímenes a Europa. Estos actualmente se encuentran distribuidos en varios herbarios, fundamentalmente en París, Londres y Bruselas. A partir de este herbario es que Triana publicó en 1862 su obra más famosa, el Prodromus Florae Novo-Granatensis.
Durante sus travesías por el país con la Comisión, Triana se cruzó otros exploradores que estaban recolectando plantas en Colombia. En el Valle del Cauca se encontró con Józef Warczewicz (1812-1866), botánico polaco y gran orquideólogo, quien describió reconocidas orquídeas colombianas como la Cattleya warscewiczii. También se cruzó en Bogotá con Hermann Karsten (1817-1908), quien recolectó un inmenso herbario de plantas colombianas que actualmente se encuentra en su mayoría en San Petersburgo y Viena. En 1858 Karsten publicó la primera gran obra sobre flora colombiana, trabajo que, junto con los de Triana y de Linden, fue uno de los principales referentes sobre flora colombiana del siglo XIX.
Gustave Guggenheim En la pista sobre los andes 1891, fotograbado, Travels and adventures of an orchid hunter de Arthur Millican © Brown University Library
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Aviso publicitario de Guillermo Kahlbreyer 1895, The Gardeners' chronicle: a weekly illustrated journal of horticulture and allied subjects © Missouri Botanical Garden . |
Entre 1860 y 1861, gracias al impulso de Ezequiel Uricoechea (1834-1880) y Florentino Vezga (1832-1890), existió en Bogotá la Sociedad de Naturalistas Neogranadinos. A pesar de su efímera existencia, esta sociedad logró en muy poco tiempo vincular a una gran red de instituciones científicas y naturalistas europeos con la incipiente comunidad científica colombiana. En sus estatutos, la Sociedad exigía que para ser miembro de número era necesario entregar una colección de 100 especímenes de cualquier especie debidamente catalogados. A pesar de su gran impulso inicial, la Sociedad se disolvió poco tiempo después de ser fundada. Sin embargo, esta evidenció una dinámica propia del coleccionismo científico en Colombia durante el siglo XIX: los hombres de ciencia colombianos fueron proveedores de plantas para científicos en Europa, donde estas eran analizadas y clasificadas.
Varios de los recolectores científicos de plantas que ya habían pasado por Colombia, como Linden, también vendieron orquídeas con fines comerciales para cubrir los gastos de sus expediciones. Incluso Triana ofreció sus servicios a Linden, siendo uno de sus recolectores en Colombia. La recolección de orquídeas con fines comerciales tuvo su auge en la segunda mitad del siglo XIX. Entonces, grandes viveros y casas comerciales inglesas enviaron a Colombia expediciones, cuyo principal objetivo era obtener la mayor cantidad de orquídeas posible para luego subastarlas. Orquídeas colombianas hicieron parte de las colecciones inglesas más famosas de la época y también de las grandes colecciones en París, Bruselas, Hamburgo y Praga (imágenes 4 y 5). Inmensas cantidades de bosques nativos fueron talados con el objetivo de conseguir estas preciadas plantas, las cuales eran transportadas a lomo de mula hasta los puertos del Magdalena. Los cazadores de orquídeas, como se les conocía en ese entonces, fueron varios y de orígenes múltiples, siendo los más famosos Henry Chesterton (1837-1883), Benedikt Roezl (1823-1885) y Albert Millican (f. 1899), quien publicó su diario de su viaje por Colombia (imagen 6). Guillermo Kalhbreyer (1847-1912), originalmente contratado por la casa inglesa Veitch & Sons, se estableció en Bogotá y hacia 1885 fundó La Flora, primera floristería de la ciudad, a la par que seguía enviando orquídeas a sus antiguos jefes y ofrecía orquídeas en las principales revistas de horticultura de la época (imagen 7).
Pastor Restrepo (1839-1921) Stanhopea de Juan Lalinde Ca. 1880, fotografía, BPP-F-001-0119 © Biblioteca Pública Piloto
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Existen algunos indicios de las primeras colecciones de orquídeas que pudieron constituirse en Colombia. En el diario de su viaje por el país en 1881 y 1882, la inglesa Rosa Carnegie-Williams frecuentemente menciona orquídeas e incluso su encuentro con un cazador de orquídeas. Asimismo, Carnegie-Williams describe que para adornar su casa en Bogotá compró una colección de orquídeas en San Victorino y que en un viaje a Zipaquirá le ofrecieron unas orquídeas a un precio muy elevado. Cuando regresó a Inglaterra, Rosa llevó en su equipaje una caja llena de orquídeas colombianas. En Medellín se conserva una serie de cartes de visite de Pastor Restrepo (1839-1921) con fotografías de orquídeas que dan cuenta del aprecio e interés que existía en Colombia por estas plantas durante el siglo XIX (imagen 8). Si bien no se sabe exactamente a quién pertenecieron o si se realizaron con un objetivo personal, comercial o científico, estas imágenes dan cuenta de la presencia de orquídeas en las colecciones de los colombianos decimonónicos.
Bibliografía:
1 John Lindley, Orchidaceae Lindenianae; or, notes upon a collection of Orchids formed in Colombia and Cuba by Mr. J. Linden. (London, 1846).
2 José Jerónimo Triana Silva and J. E. Planchon, Prodromus Florae Novo-Granatensis (París: V. Masson, 1862)
3 Jean Jules Linden y Jules-Émile Planchon, Plantae Columbianae: Tome Ier, 1. livraison (M. Hayez, 1863); Hermann Karsten, Carl Friedrich Wilhelm Schmidt, and Ferdinand Duemmler, Florae Columbiae: Terrarumque Adiacentium Specimina Selecta in Peregrinatione Duodecim Annorum Observata (Berolini: Apud Ferdinandi Duemmleri Successores, 1858).
4 Albert Millican, Travels and Adventures of an Orchid Hunter: An Account of Canoe and Camp Life in Colombia, While Collecting Orchids in the Northern Andes (London: Cassel & Company, Limited, 1891).
5 Rosa Carnegie-Williams, Un Año En Los Andes, o, Aventuras de Una Lady En Bogotá (Bogotá: Academia de Historia de Bogotá ; Tercer Mundo Editores, 1990).