05 de octubre del 2024
 
Celebración del centenario de Bolívar, Bogotá y Rafael Núñez. Papel Periódico Ilustrado. 1881-1887.
Agosto de 2011
Por :
Por Santiago Díaz Piedrahita, botánico, Universidad Nacional de Colombia. Profesor Emérito y Ex-Decano de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia. Miembro de Número y Expresidente de la Academia Colombiana de Historia.

La poesía patriótica en el siglo XIX. Hacia un himno nacional

Entre los símbolos nacionales, la bandera, el escudo y el himno ocupan los primeros lugares. Los colores de una bandera, las enseñas de un escudo o las notas y letra de un himno sirven para identificar fácilmente a la nación que representan. Nuestro país cuenta con un himno oficial desde 1920, cuando entró en vigencia la Ley 33, aprobada el 28 de octubre de ese año y que adoptó como Himno Nacional el compuesto por Rafael Núñez, con música de Oreste Sindici, un artista italiano naturalizado en el país.

Santiago Pérez.De acuerdo con su definición, un himno corresponde a una composición poética hecha en loor a Dios o en alabanza de los héroes; por ello en los textos se exaltan las virtudes de esos héroes o se celebran los sucesos que les hicieron memorables. Ese carácter de exaltación hace que las letras siempre estén cargadas de júbilo o de entusiasmo. El texto de un himno puede ir acompañado de música, circunstancia que le confiere aún más carácter. Algunos países como España, han adoptado, en vez de un himno, una marcha, obviamente carente de letra. En los albores de nuestra república ocurría algo similar y la contradanza La Vencedora hizo las veces de himno, pero no alcanzó una norma legal que la declarase como tal. La mayoría de las naciones cuentan con himnos patrios que por su letra y por su música, resultan emblemáticos, pues identifican a una colectividad. Por ello basta escuchar algunas de sus notas o algunos de sus versos para identificar un himno. Al oír nuestro Himno reafirmamos nuestra condición de colombianos, integrantes de una nación que nos alberga en su territorio y nos imprime un carácter que se refleja en costumbres y gustos similares, en un pasado compartido y en una lengua que nos permite la comunicación.

Monograma de Santiago Pérez.El himno nacional consta de un coro y de once estrofas en las que se recuerdan los hechos más notables de la gesta emancipadora. Esta expresión poética y musical se debió a un hecho casual y no a una iniciativa oficial. Fue interpretado por primera vez, el 24 de julio de 1887, en la plaza de la población cundinamarquesa de Nilo, donde Síndici poseía una casa. La Marcha Triunfal, como se la conoció entonces, fue cantada por los niños de la escuela con la ayuda de un armonio tocado por el autor de la música. El 11 de noviembre de ese año se interpretó de nuevo en Bogotá en un acto realizado en el Teatro Variedades, contiguo al Convento de Santa Clara y donde años después funcionó el Teatro Municipal. Esta vez la música fue tocada por una orquesta sinfónica y por un coro que dirigía el maestro italiano. El público acogió con entusiasmo este himno, al punto que el 6 de diciembre se repitió la interpretación, esta vez en el Salón de Grados del Edificio de Aulas de la Universidad, actualmente Museo Colonial de Bogotá. Entre el público que lo escuchó estaban, además del presidente Núñez, las altas autoridades y los representantes del cuerpo diplomático acreditado en la ciudad. El himno fue tan bien acogido que se siguió interpretando, ganando aceptación y popularidad, al punto de ser publicado con el título de Himno Nacional. No obstante, su letra había sido compuesta como un homenaje a Cartagena para conmemorar el 11 de noviembre de 1850. Entonces Núñez se desempeñaba como secretario de la Provincia y estaba lejos de pensar que años después sería presidente de la República. La letra original, con música de los maestros Delgado y Fortich, había sido interpretada el 20 de julio de 1880 en la Plaza de Bolívar de la capital. Entonces, como ocurrió con otros himnos, no logró la popularidad que alcanzó años después para ser elevado a la categoría de Himno Nacional.

Los himnos y la conmemoración del 20 de julio

“Canción patriótica” de Santiago Pérez. Publicada en sus Ensayos líricos y dramáticos. Bogotá, Imprenta de Echavarría Hermanos, 1851.“Canción patriótica” de Santiago Pérez. Publicada en sus Ensayos líricos y dramáticos. Bogotá, Imprenta de Echavarría Hermanos, 1851.Era tradición, año tras año, conmemorar el Día de la Independencia, con actos públicos y desfiles que partían de la Plaza de los Mártires y concluían en la Plaza de Bolívar; allí se pronunciaron muchos himnos que por falta de una música atractiva no perduraron. Algunos textos pasaron al olvido; otros, por haberse publicado, se conservan en los anaqueles de las bibliotecas. En todos los casos, las letras están cargadas de simbolismos y de metáforas a través de las cuales se exaltan los valores patrios y el heroísmo de los próceres y mártires, a veces en abundantes estrofas.

Esa costumbre de expresar, a través de versos o rimas, acontecimientos histórico políticos es muy antigua. Era tradición utilizar la poesía con fines pedagógicos aprovechando la consonancia de versos fáciles de recordar. José María Rojas GarridoAdemás, en las tertulias se acudía a las improvisaciones en el momento de hacer un brindis o de exaltar a alguien. Muestra de ello fue una manifestación de apoyo y fidelidad a Fernando VII, con motivo de su proclamación en 1808. Tras un sermón a cargo del padre Antonio Torres, hubo un desfile en el que los regidores, escoltados por la Guardia de Granaderos y en medio de salvas de artillería, llevaron pendones con las armas y el retrato del rey. El acto terminó en el Cabildo con un banquete privado en homenaje al comandante de la Guardia de Honor. Al momento del brindis, Frutos Joaquín Gutiérrez, uno de los firmantes del Acta de Independencia pronunció varios versos. Cabe recordar el coro y una décima de estas rimas:

En tanto que la pérfida arrogancia
Del cobarde invasor de tu Corona,
Ha tenido la bárbara jactancia
De pensar que Fernando se destrona
Por entrar en los términos de Francia,
Y padecer el rapto de Bayona;
Tus vasallos, Señor están clamando
No tener otro dueño que Fernando.

Por más que los Napoleones
Con el fraude más nefando
Lanzaros quieren Fernando,
Del trono de los Borbones,
Aquí tenéis corazones
Donde reina el puro amor
Y cuyo noble valor,
Sin admitir otro Dueño,
Sostendrá con fiel empeño
La causa de su señor.

J.M. Pinzón Rico. Papel Periódico Ilustrado. 1881-1887.Aunque se celebraba desde 1820, en 1842 se estableció el 20 de julio como fiesta nacional. En 1849 se realizó una gran conmemoración. Las fiestas incluyeron una exposición industrial, la liberación de más de 25 esclavos, cabalgatas, desfiles, procesiones, danzas, conciertos filarmónicos, funciones de teatro, bailes y refrescos, música militar; repique de campanas, iluminación general, fuegos de artificio, globos en la Huerta de Jaime, salvas de artillería y discursos en honor de los próceres. Los festejos populares contaron con encierros, corridas de toros, una Pila de Chicha para deleite del pueblo y “juegos prohibidos por la ley“, obviamente dentro de un cerco que delimitaba tales libertades. En las plazas se interpretaron varios himnos patrióticos; entonces no existía un himno nacional y por ello se estrenaron varias obras en las que abundan tropos que se repiten, como las cadenas y los grillos, el yugo y la esclavitud, la sangre y el martirio, la ignominia, el grito y el gemido, el llanto y el aliento, el dolor y el luto, la oscuridad y las sombras, la epopeya y el triunfo, la memoria, la tenacidad, la inmortalidad, lo sublime y la gloria. También se mencionan plantas como el ciprés, el laurel y la palma que representan el luto, la victoria y el triunfo y son frecuentes las alusiones a los dioses del Olimpo y a las epopeyas.

El coro de uno de esas canciones patrióticas decía:

Rindamos homenaje
A la inmortal memoria
De aquellos que con gloria
Nos dieron libertad.

Dos de las estrofas más representativas Indican:

Pero sonó la hora
que el cielo siempre justo
al inocente pueblo
le quiso señalar.
Y entonces se oyó el grito
de “muerte a los tiranos“
y el pueblo repitiera
Sí ¡muerte o libertad!

Logró con sus esfuerzos
y con tenaz constancia
del despotismo fiero
los grillos deshacer;
Y hoy cuéntase con gloria
entre los pueblos libres
el pueblo granadino
que libre supo ser.

El coro de otro de los himnos patrióticos estrenados en esa ocasión, obra de Santiago Pérez, señala:

¡Granadinos! Cantad la memoria
De los héroes de Julio inmortal,
Que os dejaron tan célebre gloria,
¡Y a la Patria su palma triunfal!

La segunda estrofa de dicho himno es muy clara en su mensaje:

“Basta ya de cadenas“ dijeron,
Basta ya de ignominia, de luto:
A otro pueblo rendirle tributo
¡Es de un pueblo vergüenza y baldón!
¡Libres ser o morir! ¡A las armas!
Y a las armas corrieron los bravos;
Y dejaron de ser los esclavos,
¡Y empezaron a ser la Nación!
 

Ilustración a la poesía “El Tequendama”. Dibujo de Urdaneta, grabado de Rodríguez. Papel Periódico Ilustrado. 1881-1887.Por razones de espacio resulta imposible incluir textos completos de otros himnos pronunciados durante los festejos patrios, así como otras producciones dedicadas a honrar los héroes. El 20 de julio de 1872, José María Rojas Garrido pronunció en la Plaza de los Mártires una completa oda titulada 20 de Julio. De esta obra, que consta de treinta y siete cuartetas, hemos seleccionado las siguientes, donde se alude al sacrificio de los mártires de la reconquista española, bien calificada como época del terror:

En ese fecundo parnaso patriótico, alimentado año tras año, aparecen abundantes obras que aluden a la geografía y que recuerdan las hazañas de los héroes. Durante las conmemoraciones de 1873, presididas por Rafael Pombo, José Benito Gaitán leyó en la Plaza de los Mártires un soneto del que cabe recordar estos fragmentos:

En donde vagan los sagrados manes
De Camilo de Torres, el coloso
Que igualó con su genio a los titanes
Y luchó por la patria generoso.

Que osó romper el ominoso yugo
Que pesaba de América en la frente,
Afrontando la saña del verdugo
Y desdeñando al déspota insolente.

Abundaron ese año las veladas literarias en las que se entonó un himno al 20 de julio con letra de Lino de Pombo y música del holandés Carlos van Oeckelen. Otros himnos como el poema La Patria de J.M. Pinzón Rico muestran el reiterado uso de tropos alrededor de las hazañas de los héroes.

De Independencia el grito vibró en los horizontes,
Estremeció las fibras de todo corazón,
Y dio la tierra piedras, como árboles los montes,
Primeras, ¡toscas armas del libro campeón!
¡Era que al fin las almas hallaban el derecho!
¡Era que cada esclavo, con nueva claridad,
Pensó que siendo suyos, brazos, pecho,
Ser de otro no podían su vida y libertad!

¿Cómo pintar los héroes del sacrificio inmenso?
¿Cómo encomiar hazañas eternizadas ya?
No tiene el cielo tintes, no tiene el bosque incienso,
La luz de los espectros debilitada está
¿Quién osará, Bolívar, decir cómo cruzaste
Del ecuador al trópico la zona virginal?
¿Despedazando ejércitos doquiera que mostraste
El águila y el iris del lábaro triunfal?

¡Córdova! No han dejado los pueblos de escucharte
Desde que dominando las voces del cañón,
Dijiste a tus soldados sedientos de imitarte:
“Paso de vencedores, el arma a discreción“!
¡Incomparable Páez! quien verte se figura
Con lanza y a caballo las naves agredir
Creerá que de las aguas del anchuroso Apure
Salieron sagitarios de fuego a combatir.

¡Ricaurte! A raudo carro de sombras y de fuego,
Mayor que el del profeta sagrado de Israel,
Legiones enemigas supiste uncir, y luego
Al éter impalpable te remontaste en él!
¡Sublime Policarpa! Tu senda era de flores,
¡Espléndidos tus soles de perdurable abril;
Y por salvar la Patria -tu amor de los amores-,
Doblaste en el cadalso la frente juvenil!

Con ocasión de la conmemoración del 20 de julio de 1873, José María Samper dio a conocer un largo poema del que recordamos los siguientes fragmentos:

¡Es Colombia! la intrépida guerrera;
¡Es Colombia! que busca la victoria!
¡Es Colombia! que en Dios la vida espera,
¡Emprendiendo el camino de la gloria!
¡Es la Patria! Que audaz se regenera
Nuevo nombre trazándose en al historia!
¡La Patria! Que invocando su derecho,
¡Triunfa de sus tiranos a despecho!

¡Doquier resuena la guerrera trompa!
¡Doquier la libertad sus himnos canta!
No hay valla alguna que tenaz no rompa
La intrepidez en la contienda santa;
Y en todas partes la sangrienta pompa
Del colombiano pabellón espanta;
Y España misma con asombro admira
Cuanto a su raza la virtud inspira.

Hombres de corazón y fe profunda,
De alma cristiana y poderoso aliento,
¡Fuertes para esperar! ¡Hoy es fecunda
Vuestra heroica labor! ¡Y flota al viento
Vuestro pendón de libertad! Inunda
De luz las almas, el solemne acento
Con que -del fondo del sepulcro mismo
¡Enseñáis la virtud del patriotismo!

En cívico valor sexos y edades
Iguales son; si aceptan el suplicio
Sabios que orgullo son de las ciudades,
Los pueblos van en masa al sacrificio
Por ganar con su sangre libertades;
De la guerra en el vasto precipicio
Riqueza, juventud, ciencia y talento
¡Se hunden en tormentoso movimiento!

En el Correo del Orinoco fue publicado un Canto Heroico a la Campaña de Bogotá, larga oda de ochenta y un cuartetas, compuesta por José María Salazar. Como una constante, en estas piezas poéticas allí se recogen hechos históricos, se hacen alusiones geográficas, se destaca el heroísmo y el sacrificio de los próceres y mártires

Aquel pueblo feliz en otro tiempo,
Donde la libertad halló acogida,
Fue reducido a dura servidumbre,
bajo la detestada tiranía
Y donde nuestros jóvenes guerreros
Sacrificaron su temprana vida;
Y tantos otros sitios memorables
Por triunfos y victorias repetidas.

Y vosotros también fuisteis testigos,
Campos del sur, llanura esclarecida,
De Calibio, rocas escarpadas
por donde el Juanambú se precipita
Viose la Patria en grillos y cadenas,
Y la virtud proscrita y abatida,
El mérito tratado de delito
Y la ciencia inocente perseguida.

El anterior recuento lejos de agotar el tema, nos permite recordar como se fue configurando un himno y como a través de los versos se recogen sentimientos de valor y dignidad, recuerdo de un pasado heroico que hace parte de nuestro ideario y que nos confiere identidad. Estos versos, compuestos casi siempre con ocasión de la conmemoración del 20 de Julio, contribuyeron sin duda a avivar el fervor patriótico de los colombianos, tan decaído en la actualidad y digno de ser rescatado con ocasión de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional.

Imagenes

  1. Santiago Pérez.
  2. Monograma de Santiago Pérez.
  3. “Canción patriótica” de Santiago Pérez. Publicada en sus Ensayos líricos y dramáticos. Bogotá, Imprenta de Echavarría Hermanos, 1851.
  4. José María Rojas Garrido
  5. J.M. Pinzón Rico. Papel Periódico Ilustrado. 1881-1887.
  6. Ilustración a la poesía “El Tequendama”. Dibujo de Urdaneta, grabado de Rodríguez. Papel Periódico Ilustrado. 1881-1887.