30 de diciembre del 2024
 
[1] Fernando Botero (1932) Mandolina sobre una silla 1957, óleo sobre tela, 119,5 x 94,5 cm AP0001 Originalmente esta obra se denominaba En rojo y azul. [2] Cecilia Porras (1920-1971) Ángel volando en la noche 1957, óleo sobre tela, 130 x 90 cm AP0002
Junio de 2021
Por :
SIGRID CASTAÑEDA GALEANO*

La Colección de Arte del Banco de la República, el reflejo de un país

DE UN coleccionista se espera que reúna con responsabilidad y sentido de justicia aquello que se ha propuesto acopiar. En este sentido, el trabajo del Banco de la República ha sido constante a lo largo de 60 años y ha buscado ante todo preservar el patrimonio cultural colombiano, brindando una idea panorámica de lo que ha sido la plástica del país desde la Colonia hasta nuestros días. El Banco de la República nunca contó entre sus preceptos el de coleccionar bienes culturales. Sin embargo, diferentes factores fueron generando las bases para que el Banco comenzará a realizar una labor de coleccionista. Entre estos puede contarse el ingreso constante de piezas prehispánicas de oro a la entidad a partir de 1939 y la subsecuente creación del Museo del Oro, la necesidad de abrir las puertas del país a expresiones artísticas modernas y vanguardistas, señalada por distintos personajes en las décadas de 1940 y 1950, y el espíritu de impulso cultural del don Luis Ángel Arango (1903-1957)gerente del Banco entre 1947 y 1957, quien soñaba con construir un “gran depósito de la pintura americana”1.

[3] Eduardo Ramírez Villamizar (1922-2004) El Dorado # 2
1957, óleo sobre tela, 150 x 65 cm

Colombia no es el único país cuyo banco central emisor se ha consolidado como una entidad con intereses culturales de coleccionismo que desempeña una labor de tanta relevancia. Sin embargo, el caso colombiano dista un poco de aquellos emblemáticos de otros países latinoamericanos, donde el interés por el coleccionismo de arte se desarrolló tempranamente mediante la adopción de nociones y dinámicas de coleccionismo que venían gestandose fuertemente en los Estados Unidos.

La colección, que en la actualidad tiene más de 6300 piezas, inició el 19 de noviembre de 1957 junto con la apertura al público de la Sala de Exposiciones de la Biblioteca Luis Ángel Arango. En esa fecha, y a manera de inauguración del edificio, se realizó el “Salón de Arte Moderno” en el marco de la Reunión de Técnicos de los Bancos Centrales del Continente Americano. El objetivo de la muestra era dar a conocer “lo que en materia de arte y cultura se ha realizado en Colombia en los últimos años”2. Los 18 artistas invitados eran parte de la vanguardia de la producción artística local: Alejandro Obregón (1920-1992), Alicia Tafur (1934), Carlos Rojas (1933-1997), Cecilia Porras (1920-1971), Edgar Negret (1920-2012), Eduardo Ramírez Villamizar (1922-2004), Enrique Grau (1920-2004), Fernando Botero (1932), Guillermo Wie- demann (1905-1969), Hernando Tejada (1924-1998), Hugo Martínez (1923-2016), José Domingo Rodríguez (1895-1968), Judith Márquez (1925-1994), Julio Abril (1911-1979), Julio Fajardo (1910-1979), Lucy Tejada (1920-2011), Luis Alberto Acuña (1904-1993) y Marco Ospina (1912-1983). Con ocasión de aquel evento, el Banco de la República adquirió las que serían las primeras piezas de su colección: El dorado #2 de Eduardo Ramírez Villamizar, Ángel volando en la noche de Cecilia Porras y En rojo y azul de Fernando Botero(imágenes 3). También ingresó como donación de los banqueros visitantes la obra Ondina del escultor Hugo Martínez4.

[4] Edward Walhouse Mark (1817-1895) Cucarrón de los Chusques
1843-1856, acuarela sobre papel, 26 x 40 cm AP0156

[5] François Desiré Roulin (1796-1874)
La cena en Santa Marta Ca. 1823, acuarela sobre papel, 20,3 x 26,7 cm AP4082 

Poco tiempo después del Salón de Arte Moderno, el Banco oficializó el traspaso de la colección de 159 acuarelas de Edward Walhouse Mark (1817-1895), viajero inglés que visitó el territorio colombiano en 1843 y que participó de la Comisión Corográfica. Esta colección había sido adquirida por el Banco de la República en 1954 al diplomático belga René Van Meer- beke (1896-1983), quien a su vez la había conseguido en una subasta londinense. El 23 de junio de 1954 fue entregada al Museo del Oro, y, el 18 de diciembre de 1957, pasó a la Biblioteca Luis Ángel Arango. Estas acuarelas, junto con las de Henry Price (1819-1863) y, más recientemente, las de François Desiré Roulin (1796-1874), se han configurado como testimonios documentales de suma importancia para el estudio de la flora y fauna, así como de la sociedad y la cultura colombianas de ese siglo: “Con ese gesto de recuperación de las acuarelas de Edward Mark se trazó otra línea fundamental del desarrollo de la colección: la recuperación de obras con el ánimo de preservar el patrimonio del país, para ponerlo al servicio del público general”5 (imágenes 4 y 5).

Para 1979, el Banco contaba ya con 269 obras de 171 artistas nacionales y latinoamericanos. Estas las había ido adquiriendo en cada una de las exposiciones realizadas en la Sala de Exposiciones de la Biblioteca, en exhibiciones del Museo de Arte Moderno y a las galerías privadas6. Por esos mismos años, se compraron obras de grandes artistas latinoamericanos para que diversificaran los registros de la colección y así permitieran al público tener una visión más amplia, crítica y diversa de lo que sucedía en el mundo artístico contemporáneo del continente. Durante esos años de activación adquisitiva de la colección, la plástica nacional tuvo un desarrollo muy importante. La generación de primeros artistas modernos pasó de las exploraciones en la abstracción a una figuración de gran calidad que dialogaba constantemente con el contexto social del país. Propuestas con nuevos materiales, soportes y técnicas empezaron también a surgir, y artistas como Beatriz González (1938), Feliza Bursztyn (1933-1982) (imagen 6), Santiago Cárdenas (1937) o Carlos Rojas, entre muchos otros, dieron nuevos aires y gran dinamismo a la plástica colombiana. La gráfica y el grabado, desde una perspectiva crítica, también tuvieron un lugar fundamental. Sobresalie- ron artistas como Alfonso Quijano (1927) y Augusto Rendón (1933-2020). La fotografía, desde las propuestas del grupo de artistas caleños que incluía a Oscar Muñoz  (1951) y Fernell Franco (1942-2006), fue otro de los proyectos estéticos que mayor desarrollo tuvo, sobre todo en la década de 1970.

[6] Feliza Bursztyn (1933-1982) Histérica (Serie Histéricas)
1968, ensamblaje,
57 x 78 x 51 cm AP5100 © Colección de Arte Banco de la República

[7] Doris Salcedo (1958) Sin título
1988-1990, camisas acero y yeso, dimensiones variables AP1733 © Colección de Arte Banco de la República 

Entre 1984 y 1985, se trazó un proyecto descentralizador desde la Subgerencia cultural del Banco y se formó el primer Comité Asesor, órgano compuesto por artistas y gestores culturales, con el fin de adquirir piezas de manera más sistemática, propiciando procesos importantes de catalogación, investigación y divulgación. Este comité, y el desarrollo de programas de gran importancia como Nuevos Nombres, dieron cabida en la colección a las nuevas manifestaciones plásticas del arte colombiano. Además de las manifestaciones tradicionales como pintura y escultura, se experimentó con la colección de nuevos formatos, como la instalación y el video. De tal manera, pudieron adquirirse obras iniciáticas de grandes artistas como, por ejemplo, Doris Salcedo (1958) (imagen 7) y María Fernanda Cardoso (1963).

En 1992, el gerente general del banco Miguel Urrutia (1939), gran impulsador de la colección, inspiró la discusión dada en la Constituyente para determinar si el Banco debía o no continuar con su labor cultural. La respuesta del país fue positiva, dando paso a la gestión de la colección como parte de una función constitucional. Para este momento el Banco se hizo consiente de que poseía una colección y vio la necesidad de enriquecerla con piezas internacionales que completasen los faltantes en la historia del arte. Entonces se adquirieron obras de Pedro Figari (1861-1938), Armando Reverón (1889-1954) y Rufino Tamayo (1899- 1991). Además, se encontró un espacio propicio para exponer la amplia variedad de obras de manera permanente: el Museo de Arte del Banco de la República, ubicado frente al edificio de la Biblioteca Luis Ángel Arango, hoy llamado Museo de Arte Miguel Urrutia –MAMU–.

Entre 1994 y el 2000 se realizaron importantes donaciones que enriquecieron la colección. Entre estas resaltan la de arte de Casimiro Eiger (1909-1987), crítico, coleccionista y gestor cultural, la de Guillermo Wiedemann, la numerosa y especial donación de obras de Luis Caballero (1943- 1995) efectuada por su hermana, Beatriz Caballero, y, por supuesto, la realizada en el año 2000 por el maestro Fernando Botero. Esta estuvo conformada por 208 obras de arte occidental de los siglos XIX y XX, junto con esculturas y pinturas de su obra personal. Con este impulso, se abrió al público el Museo Botero, el cual permitió al país tener un espacio expositivo con grandes obras de los principales artistas de vanguardia. En tiempos recientes deben destacarse las donaciones de la obra del pintor Ricardo Gómez Campuzano (1891- 1981) por parte de sus herederos y, en 2019, la realizada por France Jaqueline Pierrette Marquet de la obra de la artista Emma Reyes (1919-2003). Con la apertura del Museo Botero, la actividad cada vez más intensa del MAMU y el apoyo incondicional de la Fundación de Amigos de las Colecciones de Arte del Banco de la República, el Banco terminó por constituirse como unos de los mayores coleccionistas y gestores del patrimonio del país. Este se ha caracterizado por poseer una política anual de adquisiciones y por la realización de exposiciones siempre gratuitas y abiertas a todos los públicos.

 

[8] José de Galáz Custodia de la iglesia de San Ignacio, “La Lechuga” [detalle] 1700-1707, orfebrería, 80 x 33,5 cm AP3463 © Colección de Arte Banco de la República 

 

[9] Luis B. Ramos (1899-1955)
De la serie semana santa en Boyacá 1936, fotografía,
14 x 9 cm AP2459 © Colección de Arte Banco de la República 

[10] Luis B. Ramos (1899-1955)
Campesinas 1935-1950, fotografía,
14 x 9 cm AP2610 © Colección de Arte Banco de la República

[11] Luis B. Ramos (1899-1955)
Mendigo ciego con muletas y estampa de la virgen del perpetuo socorro 1935-1950, fotografía,
14 x 9 cm AP2664 © Colección de Arte Banco de la República 

 

[12] Iván Argote (1983)
Sin título de la serie “Antípodos”
2018, bronce fundido,
39,5 x 16,5 x 18 cm AP6336 © Colección de Arte Banco de la República

[13] Julieth Morales (1992)
La señorita, movimiento No 3
2019, serigrafía sobre rebozo femenino Misak,
200 x 150 cm AP6647 © Colección de Arte Banco de la República

En 2013, se inició el proyecto más ambicioso de los últimos años relacionado con la colección: la renovación del guion curatorial y su puesta en escena, para lo cual se invitaron a distintos curadores externos para que con sus propuestas ayudaran a dinamizar la narrativa contada por la colección. El trabajo en conjunto de los curadores de la Unidad de Artes de la Subgerencia Cultural, junto con el grupo de eminentes curadores nacionales, permitió consolidar los cinco capítulos que orientan la visita del espectador. El historiador Jaime Borja se encargó de la sección Primeros tiempos modernos (siglos XVI-XVIII); Beatriz González de Rupturas y continuidades (siglo XIX); Álvaro Medina de Arte en libertad (primera mitad del siglo XX); Carmen María Jaramillo, Silvia Suarez y María Wills de Clásicos, Experimentales y Radicales (segunda mitad del siglo XX) y Carolina Ponce y Santiago Rueda de Tres décadas de arte en expansión (1980-2015)El nuevo montaje privilegió, en vez de la voz anónima del museo, una multiplicidad de voces que permiten aproximarse desde miradas distintas a la complejidad de propuestas artísticas allí reunidas. Para esta nueva exposición permanente, que abarca en total 16 salas y cuenta con más de 800 obras, se adquirieron importantes piezas para tratar de suplir aquellos vacíos en la colección que habían sido producto de los contextos sociopolíticos y de las tendencias del coleccionismo del arte en Colombia.

En los últimos años se ha buscado que la colección se difunda ampliamente a nivel nacional e internacional. Para ello se han realizado muestras temporales con pie- zas de la colección que buscan dinamizarla y dar a conocer los tesoros que alberga. Por ejemplo, se ha exhibido los retratos de monjas coronadas, la imponente custodia de San Ignacio popularmente conocida como “La Lechuga” (imagen 8), la colección de 370 fotografías de Luis B. Ramos (1899-1955) (imágenes 11) o las más de 200 piezas del pintor Luis Caballero.

La Subgerencia cultural y la dirección de la Unidad de Artes y Otras Colecciones, con el apoyo del equipo curatorial y del Comité Asesor de Artes, conscientes de su responsabilidad con el desarrollo de la plástica nacional, durante la difícil situación sanitaria de 2020 dirigieron sus esfuerzos a la adquisición de arte nacional. En esta coyuntura la prioridad fue apoyar a los artistas y a las galerías locales. La Colección de Arte del Banco de la República es hoy un referente nacional e internacional que permite a curadores internos y externos explorar e investigar sobre el arte colombiano. Esta es considerada en su conjunto como un patrimonio de los colombianos que el Banco preserva con celo de coleccionista, pero que gestiona con vocación pública para que esté en continua y dinámica relación con el público que la visita (imágenes 12 13). ❧ 

* Historiadora – Curadora. Sección Técnica y Curatorial de la Unidad de Artes y otras Colecciones del Banco de la República.