JUAN FRIEDE: PRIMER HISTORIADOR DE LA PROBLEMÁTICA INDÍGENA
La tradición historiográfica ha dictaminado que el documento es el fundamento del hecho histórico y de la reconstrucción de la historia, y sin ellos es imposible hacer historia y relato históricos. Así, el trabajo de recopilación documental que realizó Juan Friede (Wlava, Ucrania, 1901 - Bogotá, 1990) en los archivos españoles entre 1946 y 1962 ha sido uno de los mayores aportes a la historiografía colombiana. A través de los diez volúmenes de Documentos Inéditos para la historia de Colombia (1509-1550), más dos tomos de documentos sobre la fundación de la Casa de la Moneda de Santafé de Bogotá, ocho de fuentes documentales para la historia del Nuevo Reino de Granada desde la instalación de las Real Audiencia en Santafé, dos sobre la Rebelión Comunera de 1781 y otros numerosos documentos publicados en revistas y publiaciones varias, se puede reconstruir la dominación política, administrativa y cultural que tuvo España sobre el territorio de la actual Colombia, así como la conquista y colonización, sus rupturas y problemas. Todo este material, que no se consigue en los archivos colombianos, es de consulta indispensable para los historiadores profesionales y para los aficionados.
"El indio en lucha por la tierra", 1944 |
El trabajo adelantado por Friede en el Archivo de Indias de Sevilla y en el de Simancas es desde todo punto de vista meritorio. Pese a no ser colombiano de nacimiento, se había nacionalizado ya el 20 de febrero de 1930, tres años después de haberse radicado en Manizales como agente comercial. Abrazó entonces con entusiasmo y como si fuera propio el estudio de la historia nacional, especialmente de los indígenas y del proceso de aculturación, deculturación y tranculturación que afrontaron al encontrarse con los españoles y europeos, actividad que llevo a cabo sin presiones de ningún tipo, pues, durante los veinte años que precedieron a su radicación en Colombia, amasó una considerable fortuna que le permitió investigar libremente, sin depender de presupuestos públicos ni privados, pero teniendo siempre en cuenta la efeméride más inmediata, el hecho histórico más próximo, etc. No obstante, contrató sus recopilaciones documentales con entidades oficiales como la Academia Colombiana de la Historia, de la que fue miembro correspondiente desde 1946 y de número desde 1962, o con el Banco de la República; buena parte de los recursos obtenidos los destinó a la copia y transcripción de documentos. Además, pese a ser miembro de la Academia de Historia, trató de hacer una historia social, diferente de la línea oficial de la institución.
Su primera gran obra fue El indio en lucha por la tierra. Historia de los resguardos del Macizo Central colombiano (1944), con el cual se convirtió en pionero del estudio histórico de la problemática indígena colombiana, tema que ocupó 50 títulos de un total de 290 que publicó durante su vida, y con el que trató de despertar el interés de los colombianos como indigenista convencido que fue. El análisis del encuentro (roce, contacto y choque) de las dos culturas lo trató en obras hoy consideradas clásicas: Los Andakí 1538-1947. Historia de la aculturación de una tribu selvática (1953), Los Quimbayas bajo la dominación española (1963), Problemas sociales de los Arhuacos: Tierras, gobierno, misiones (1963) y Los Chibchas bajo la dominación española (1974); pero no se quedó en el mero estudio del fenómeno, pues intentó también profundizarlo a través de protagonistas como fray Bartolomé de Las Casas (1974), el obispo de Popayán Juan del Valle (1961) y los cronistas fray Pedro de Aguado y fray Pedro Simón, de los que además publicó sendas ediciones corregidas y comentadas de sus crónicas: Recopilación historial (1956-1957) y Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales (1978), lo que le permitió reflexionar también sobre Los franciscanos y el clero en el Nuevo Reino de Granada durante el siglo XVI (1957). Los conquistadores alemanes fueron también objeto de su atención, publicando un extenso tomo sobre los Welser en la conquista de Venezuela (1961) y otro sobre la vida y viajes de Nicolás de Federmann (1960). El conquistador español que más lo atrajo fue Gonzalo Jiménez de Quesada (1979). Los hechos de la historia posterior al siglo XVI que más le interesaron fueron la Independencia neogranadina y americana de España, de la que dio a conocer documentación novedosa y dos polémicos libros: La Batalla de Boyacá a través de los archivos españoles (1969), La otra verdad: La independencia americana vista por los españoles (1971). De la Revolución comunera de 1781, sólo publicó los tomos de documentos y algunos artículos y ensayos, pero su particular interpretación esta aún inédita.