Levantamiento de pesas
En Bayunca, Bolívar, los niños como Estiven Villar crecen bajo el riesgo de perderse. Al menos es lo que piensa su madre, Sindy Patricia Manjarrés: “Aquí el muchacho que no se mete en las drogas se vuelve pandillero”. Los que tienen suerte, estudian en la escuela del pueblo y se alejan de sus familias para buscar algún trabajo en Cartagena. Los que se quedan tienen 12 cuadras, de sur a norte, para sobrevivir. Así de grande es Bayunca y así de limitadas las oportunidades.