Pablo Escobar
No es apologética la serie Narcos, de Netflix, como sí parecía serlo la telenovela nacional Escobar: el patrón del mal, que presentaba a Pablo Escobar como un personaje eminentemente pintoresco, y cuyo mayor mérito, en términos de actuación y dirección, parecía estribar, según la propia defensa de los apologistas de la serie, en que los actores supieran imitar el sonsonete paisa.
Si es verdad, como dice el filósofo Daniel Pecaut, que antes que nada a Colombia le hace falta un relato nacional, también es cierto que buena parte del mismo estaría marcado por las narrativas de la violencia; y más o menos en los últimos 30 años, de la sicaresca, que es como se ha dado en llamar al relato omnipresente del narcotráfico en las industrias culturales.