Santander
ES UN LUGAR COMÚN presentar al santandereano como avaro y envidioso, grosero y pendenciero. Su forma de hablar, franca y desenfadada, sorprende y maravilla al resto de los colombianos y pone en escena esferas de la personalidad que desatan la risa de los escuchas, por su espontánea crudeza desafiante.