esnobismo
EN LOS AÑOS NOVENTA. Vivo como un extranjero en el mundillo cultural. He hecho allí amigos extraordinarios que no posan de ángeles caídos ni parecen artistas cuando uno se los encuentra en la calle. He dado con oficinistas de la ficción, como yo, que no se creen cultos, ni presumen de su hartazgo, ni desprecian el talento ajeno, ni andan por ahí decretando cánones y perdonando vidas. No posan. No son clichés encarnados.