14 de noviembre del 2024

evolución

 

 

 

3.000 a. de C. En el Antiguo Egipto, el flabellum o flabelo era una vara larga a la que se ataban plumas u hojas de palma para que, cuando se agitara, generara brisa. Era un símbolo de poder y estatus que, más tarde, retomaron los griegos y los romanos.

 

 

Artículo publicado en la edición impresa de junio de 2021.
  • 1956. En octubre nace Marjorie Jaqueline Bouvier, quien más tarde se convierte en Marge Simpson, esposa de Homero.

SI BIEN EL MUNDO está lejos de ‘imprimir’ una cena, como en la serie animada Los supersónicos, o crear un cuerpo humano, como sucedió con el personaje Leeloo, de la cinta El quinto elemento, de 1995, en la que a partir de información genética una cápsula le da forma al cuerpo (y al alma) de la protagonista, se puede decir que la impresión en 3D está dando pasos agigantados hacia su popularización.

En la cinta El nombre de la rosa, basada en la obra del mismo nombre del italiano Umberto Eco, el maestro William de Baskerville le regala a su discípulo Adso de Melk sus gafas para leer, un par de lentes enmarcados que solo se apoyaban sobre la nariz. Era el año 1327, poco después de que se inventara esta ayuda visual, precisamente, en Italia. Esta es su evolución:

54 a. C. Aunque no eran gafas, se dice que el emperador Nerón usó una gema para, a través de esta, ver mejor una lucha entre gladiadores.

Las baterías son elementos esenciales de casi cualquier aparato portátil. Cada vez son más pequeñas, ofrecen mayor capacidad de almacenamiento, se recargan más rápido y tienen una vida útil más prolongada. Así le han pasado los años a las pilas.

1749. El inventor estadounidense Benjamin Franklin fue el primero en hablar de baterías, cuando experimentaba con electricidad y condensadores de energía.

El sueño de que una persona amputada tenga miembros artificiales, incluso más potentes y funcionales que los originales (como en la serie de los ochenta ‘El hombre nuclear’), aún no se convierte en realidad, pero cada vez estos dispositivos brindan mayor movilidad y funcionalidad a manos, brazos y piernas, que los acercan al prodigio del órgano humano.

3150 a. C. Los antiguos egipcios reemplazaron miembros del cuerpo, más por el sentido de que la persona se sienta completa que por su funcionalidad.