Big Little Lies
Algunas telenovelas latinoamericanas de los años 80 se alargaban conforme ganaban audiencia, se estiraban como con el único propósito de que pudieran seguir viéndose. La trama se enmadejaba, daba vueltas sobre sí misma, y no era ni siquiera que el argumento se complicara, sino que surgían nuevos ejemplos de un mismo obstáculo y revelaciones sucesivas de un mismo secreto, y se insistía en las reacciones de los personajes, ya conocidas por el televidente. Lo que sucedía, mientras se sucedían los capítulos, era que se ahondaba en la familiaridad.