14 de noviembre del 2024
La batería del Volvo EX30 puede cargarse en 30 minutos. También la del nuevo Zeekr X (arriba), que acaba de llegar a Colombia.
La batería del Volvo EX30 puede cargarse en 30 minutos. También la del nuevo Zeekr X (arriba), que acaba de llegar a Colombia.
7 de Noviembre de 2024
Por:
Pablo de Narváez

Cada vez hay más vehículos impulsados por electricidad en las calles y carreteras colombianas. Sin embargo, persisten retos: expandir la red de estaciones de alimentación, aumentar la pedagogia, derribar mitos y barreras culturales y fortales la conciencia ambiental, 

¿Crece la infraestructura de carga para híbridos y eléctricos?

LA MOVILIDAD en Colombia está en plena evolución, marcada por la proliferación de plataformas de mensajería y transporte, así como por la de tecnologías alternativas en el campo energético: patinetas, bicicletas y vehículos eléctricos, por ejemplo. Esta diversificación responde a nuestra creciente necesidad de desplazarnos rápida y eficientemente, pero con sostenibilidad.

 

Aunque el mercado de vehículos eléctricos en el país está en una fase incipiente, en los últimos años, su adopción ha experimentado un notable aumento entre los ciudadanos, gracias a beneficios económicos y fiscales, y a una mayor conciencia sobre el impacto ambiental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi toda la población mundial respira niveles insalubres de partículas finas y dióxido de nitrógeno, siendo los países de ingresos bajos y medios los más afectados. En Colombia, los vehículos representan 78 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y 80 % de las emisiones de contaminantes atmosféricos.

 

De acuerdo con la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), de enero a agosto de 2024, se han vendido 118.319 vehículos de todos los segmentos, de los cuales 28.164 son electrificados; un incremento de 46,5 % respecto al mismo período de 2023. Los eléctricos ofrecen beneficios palpables: menos mantenimiento, reducen las emisiones de CO2, y ofrecen una mayor eficiencia energética en comparación con motores de combustión. El Gobierno ha promovido su uso mediante la exención del impuesto de rodamiento, reducciones en el IVA y descuentos en peajes, además de exenciones en restricciones de circulación como el Pico y Placa.

 

“Soy muy feliz con la decisión que tomamos en familia. Fue un cambio del que nos sentimos orgullosos. Es una forma de movernos más consciente. Estos vehículos son muy tecnológicos y cómodos. Hemos viajado a distintas regiones y disfrutado mucho”, cuenta Ana Álvarez, quien cambió su carro de combustión tradicional por uno electrificado.

 

¿CÓMO ESTÁ LA RED PARA RECARGAR ESTE TIPO DE VEHÍCULOS?


El país ha avanzado en la construcción de infraestructura para vehículos eléctricos, aunque aún enfrenta desafíos en su apropiación y expansión. La red de electrolineras, 
que son estaciones de recarga rápida, viene creciendo paulatinamente. Existen 138 en 19 departamentos. Están ubicadas, en su gran mayoría, en estaciones de gasolina, y en algunos centros comerciales, parqueaderos, universidades, concesionarios y parques.

 

Empresas como Terpel y Enel X, Celsia, EPM y Terpel mandan la parada. Por ejemplo, Terpel, a través de su aplicación Voltex, ofrece una plataforma digital para localizar y pagar estaciones de carga, mientras que Enel X opera su solución JuiceBox, que optimiza el consumo de energía con cargadores inteligentes para uso doméstico y público. Ambos actores son parte de una red en crecimiento que apoya la movilidad eléctrica en el país. La localización de estaciones se ha facilitado gracias a aplicaciones móviles como Evsy, Plugshare o Electromaps, que permiten a los conductores la identificación de estaciones de carga desde sus teléfonos, y su estatus: si están disponibles o en correcto funcionamiento.

 

 

 

Este tipo de vehículos también se puede recargar en la casa, conectándolos al tomacorriente por medio de un cargador portátil de 16 amperios. La otra opción es hacer una instalación especial para usar un cargador de mayor potencia llamado wallbox (caja de pared), cuya carga es más rápida. La diferencia clave entre una electrolinera y los puntos de carga eléctrica convencional es la velocidad de carga, tal como ocurre con los teléfonos celulares.

 

En Colombia está permitida la instalación de puntos de carga para vehículos eléctricos en propiedades horizontales y unidades residenciales avisando a la administración, independientemente de si se necesita licencia de construcción. Las modificaciones deben evaluarse para determinar si afectan la estructura del edificio. Si no lo hacen, son consideradas reparaciones locativas que no requieren licencia. El acceso a la electricidad es un derecho en el país, lo que apoya la facilitación de estos puntos, así como la promoción para adquirirlos.

 

ENCRUCIJADA

 

El costo de construir una electrolinera ronda los 300 millones de pesos, sin contar la infraestructura física. David Jiménez es el presidente de la Confederación de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos (COMCE): “Desde la red de abastecimiento de combustibles vemos una oportunidad valiosa en proveer otro tipo de energías renovables, distintas a los combustibles fósiles. Sin embargo, estamos en un escenario del problema del ‘huevo y la gallina’. Si no se incentiva la inversión en puntos de carga rápida, la demanda de carros eléctricos no crecerá”.

 

Para algunos expertos, las electrolineras existentes no alcanzan. “Aún hay grandes expectativas de crecimiento en el sector. Existe una necesidad de incentivos tributarios para que los empresarios inviertan en este tipo de infraestructuras, ya que el retorno de la inversión es bajo”, añade Jiménez. El servicio de carga eléctrica se cobra con base en el costo de la energía que suministran las empresas de servicios públicos, lo que incrementa el consumo y la factura en las estaciones de servicio. Sin embargo, no existe aún una regulación clara para la venta de energía eléctrica en las estaciones de servicio, similar a lo que ocurre con los combustibles líquidos.

 

“Hay barreras culturales y mitos que se deben superar y derribar. Aunque son competitivos en precio con los de gasolina, el valor de los vehículos electrificados en el mercado sigue siendo ligeramente superior, y su participación en el ‘parque automotor’ colombiano sigue siendo baja, a pesar del aumento en las ventas”, expresa José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística y Movilidad de la Universidad Nacional.

 

Actualmente, el ‘parque automotor’ en el país cuenta con 18,5 millones de vehículos. El 0,5 % funciona con energías limpias, incluyendo motos, patinetas y bicicletas eléctricas. Para alcanzar la meta de 600.000 vehículos eléctricos del Plan Nacional de Desarrollo, es necesario construir al menos 3.000 puntos de carga rápida en todo el país.

 

“Uno de los principales temores al comprar un vehículo eléctrico es la disponibilidad de redes de carga. Muchos clientes nos contactan diciendo que compraron un híbrido o uno convencional porque creen que no hay suficiente red. No obstante, esa apreciación está basada en el desconocimiento. Realmente hay muchísimas opciones y redes de carga, pero la gente no las conoce”, afirma Manuel Fernando Ariza, CEO de EVectric, compañía que presta asesorías y servicios de soluciones de carga para vehículos eléctricos. Según él, la infraestructura actual es adecuada para satisfacer la demanda, aunque aún hay un gran margen para mejorar. En las carreteras existe una red de carga interconectada, principalmente de Terpel. Sin embargo, es posible que estas estaciones permanezcan vacías debido al bajo número de vehículos eléctricos en circulación.

 

La movilidad sostenible en Colombia está en proliferación, al compás del incremento de las ventas de vehículos eléctricos y de la sensibilidad de incorporar tecnologías limpias en distintos sectores industriales. A medida que las ciudades se adaptan a las nuevas demandas de transporte, es fundamental continuar fortaleciendo la red de electrolineras, lograr una colaboración conjunta de gobierno, industria y consumidores, y superar barreras culturales que persisten, como la resistencia al cambio, los prejuicios sobre el rendimiento, la falta de conocimiento técnico, y también las dudas de cómo y dónde cargarlos.

 

TRES MODELOS TOP

 

Zeekr X, promesa de calidad

 

Zeekr, marca prémium de vehículos eléctricos del Geely Auto Group, llegó a Colombia con los modelos Zeekr 001 y Zeekr X. Este último, un SUV compacto eléctrico, disponible en las versiones: RWD con 272 HP y AWD con 428 HP. Su autonomía va hasta 440 km y 30 minutos en carga rápida, aproximadamente. Diseñada por Stefan Sielaff, esta marca redefine la movilidad eléctrica de lujo en Colombia.

 

Hyundai Santa Fe, un bólido épico


Bajo el concepto “una elección más que épica”, apuesta por la movilidad sostenible en Colombia. Equipado con un motor híbrido 4x4, 1.6 Turbo de 178 HP, y un motor eléctrico de 59 HP, ofrece una potencia total de 232 HP y un torque de 367 Nm. Con una autonomía en modo eléctrico ideal para la ciudad, este SUV de la automotriz surcoreana de 7 pasajeros es perfecto para lo urbano y la aventura.

 

Volvo EX30, nivel superlativo


La marca escandinava, con un portafolio 100 % recharge, cuenta con este SUV eléctrico compacto de cinco asientos. Con una autonomía de hasta 344 km en su versión de motor simple y hasta 476 km con motor extendido, tiene una batería de 69 kW que se carga en 30 minutos. Acelera de 0 a 100 km/h en 5.3 segundos con 272 HP. Su consumo energético es de 14.5 
kW/h por cada 100 km.

 

LA RED EN NÚMEROS 

 

Una electrolinera es una estación de servicio diseñada para cargar vehículos eléctricos o híbridos enchufables. Forma parte de la infraestructura de red de alimentación que facilita la recarga rápida o estándar de estos automóviles.

138 electrolineras en Colombia: 27 en Bogotá, 12 en Medellín, 9 en Cali, 6 en Pasto y Cundinamarca,  4 en Barranquilla ,3 en Villavicencio, Chía, Ibagué, Pereira, Yumbo y Armenia. 2 en Villa de Leyva, Montenegro, Sabaneta, Manizales, Santa Rosa de Cabal, Provincia de Cartagena y Envigado. 1 en Puerto Colombia, Tunja, Santana, Morelia, Cimitarra, Ocaña, Prado, Lebrija, Piedecuesta, Cogua, Zipacón, Santiago de Tolú, Tinjacá, Jericó, Villavieja, La Piantada, Bucaramanga, Floridablanca, Socorro, Cúcuta, Popayán, Sampués, Restrepo, Filandia, Caucasia, Patía, Puente Nacional, San Gil, Tuluá, Simijacá, Salento, Chinchiná, Circasia, Paicol, Mompós, Santander de Quilichao, San Alberto, Valledupar, Uribia, Sogamoso y Bello.

 

19 departamentos: Bogotá, Cundinamarca, Antioquia, Valle del Cauca, Nariño, Atlántico, Meta, Tolima, Risaralda, Quindío, Boyacá, Caldas, Bolívar, Santander, Norte de Santander, Sucre, Caldas, Huila, Magdalena, Cesar y La Guajira.

 

 

¿CUÁNTO VALE RECARGARLOS?

Depende de 2 factores:

Tamaño de la batería

Precio del kW/h

Tamaño de batería:


Tamaño de batería en vehículos híbridos: de 
6 kW/h hasta 15 kW/h.

Tamaño de batería en vehículos eléctricos puros: desde 8 kW/h hasta 115 kW/h.

Costo de carga en casa:

En estratos 2 y 3:

$850 por kW/h

Cargar 100 %: $34.000

Tiempo de carga en casa: entre 8 y 10 horas

En estratos 4, 5 y 6: $1.050 por kW/h

Cargar 100 %: $42.000

Tiempo de carga en casa: entre 8 y 10 horas

Costo de carga en electrolinera:


Precio promedio:

$1.550 por kW/h

 

  • Cargar completamente: $62.000

  • Tiempo de carga: 1.5 horas

    • El costo de la carga de un vehículo eléctrico en Colombia varía dependiendo de la tarifa de energía de la empresa de servicios públicos y del tipo de cargador utilizado.

       

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      La carga lenta es más económica y muchas estaciones ofrecen este servicio gratis.