21 de noviembre del 2024
Foto: iStock
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8 de Octubre de 2024
Por:
Liliana Escobar

Rechinar o apretar los dientes es sorprendentemente común, pero las consecuencias de esta tendencia, a largo plazo, pueden ser lamentables. Las causas de este trastorno no suelen estar en la boca ni la dentadura, sino en la psique. 

Bruxismo: su origen, consecuencias y tratamiento

 

 

NO ES RARO ESCUCHAR a alguien que conocemos decir que se despertó con un fuerte dolor de dientes; uno que se intensifica cuando intenta morder algún alimento. O, también, que amaneció con un dolor de cabeza tan intenso que se le tensiona hasta la mandíbula y no puede abrir bien la boca.

Ambos son síntomas potenciales, aunque bastante comunes, del bruxismo, una afección en la que una persona rechina, aprieta o cruje los dientes de manera involuntaria e inconsciente. “Hay personas que cuando están muy concentradas trabajando, manejando o practicando deporte hacen esa fuerza y aprietan los dientes. Los que tienen bruxismo de día pueden controlarlo, ya que pueden detectar en qué situaciones lo hacen, relajar la mandíbula y poner la lengua en una posición en el paladar que les hace abrir un poco más los dientes.


Con el bruxismo nocturno eso no se puede controlar y es ahí cuando comienza el verdadero problema”, explica el Dr. David López Vaquero, especialista maxilofacial. Entre los problemas que puede causar el bruxismo está la hipersensibilidad aguda, porque los dientes empiezan a desgastarse, se astillan y, en ocasiones, se rompen. Esto genera dolor en la zona mandibular, sensibilidad dental —especialmente al  frío, al calor y a los alimentos dulces—, e irradiación del dolor a otras partes del cuerpo como cuello, oído, cabeza.

 

EL ORIGEN

Aunque existen diferentes teorías sobre las posibles causas de su aparición, muchos  expertos coinciden en que el estrés y los trastornos del sueño podrían ser dos causas principales de este mal. De acuerdo con el dentista Pedro Luis Pérez Castro, autor del libro digital Decalogía del Bruxismose observa un incremento de esta dolencia en tiempos de crisis por la presencia de ansiedad o estados depresivos. Estos males activan el sistema nervioso central y desencadenan una respuesta de “lucha o huida” —una alerta inconsciente por parte del organismo—, que, a la postre, resulta en una mayor tensión muscular en todo el cuerpo, incluyendo los músculos de la mandíbula. Así lo explica la psicóloga Adriana Chávez y añade que este tipo de desencadenantes no son exclusivos de los adultos, sobre todo desde la pandemia.

Y existen otras perspectivas: en cuanto a los adolescentes, un estudio reciente realizado en Brasil y publicado en la revista especializada Oral Rehabilitation, sugiere que el bruxismo puede ser un síntoma de que los niños sufren acoso escolar. Según los hallazgos, los niños de 13 a 15 años que experimentan abuso verbal en la escuela tenían una probabilidad de sufrir bruxismo nocturno cuatro veces mayor que otros adolescentes. Además, arrojó una prevalencia de 65 % en estudiantes acosados, frente a 17 % entre la población estudiantil general.

Hay quienes estiman, de hecho, que 70 % de la población mundial padece esta patología y que, según la Federación Odontológica Colombiana, en nuestro país habría 40 millones de personas con bruxismo. No resulta exagerado decir, entonces, que más allá de una dolencia dental se trata de un problema de salud integral, tanto física y emocional.

PREVENGA Y DISMINUYA

Parece obvio, pero de acuerdo con el Colegio de Odontología (Unicoc), desde la pandemia los colombianos han disminuido sus controles dentales, lo que ha aumentado de manera considerable las enfermedades orales como la gingivitis, la inflamación de encías y el bruxismo. Por eso, crece el número de pacientes a quienes se les parten los dientes y que, consecuentemente, desencadenan desafíos de autoestima, entre otros.

“Estas enfermedades se incrementaron como consecuencia no solo de los cambios de rutina en los hábitos de cepillado, sino también por incrementos en la ingesta de azúcares y carbohidratos, el consumo de alcohol y tabaquismo, el cambio de priorización en los aspectos de atención de necesidades básicas y salud en general, la interrupción de los tratamien- tos en curso y el no diagnóstico oportuno”, explica la doctora Sandra Aguilera Rojas, directora de Investigaciones y Gestión del Conocimiento de Unicoc.

De igual manera, se recomienda evitar morderse las uñas, los labios y objetos como lápices y esferos. Limitar el consumo de chicle para disminuir la tensión en la mandíbula y reducir o eliminar el consumo de alcohol, tabaco, cafeína, gaseosa y chocolates para cuidar el esmalte de los dientes.

En los casos leves de bruxismo, el tratamiento odontológico incluye el uso de un protector bucal en las noches que ayude a separar los dientes, previniendo el daño dental y reduciendo así la actividad muscular como consecuencia de rechinar y apretarlos. Cuando el bruxismo es más avanzado, el paciente presenta un importante desgaste dental y el dolor en la mandíbula es cada vez mayor, se recomienda realizar la rehabilitación prostética, en la que se reemplazan los dientes afectados para así recuperar la posición idónea de la mandíbula. Adicionalmente, existe una lista de recomendaciones para contribuir a sanear el malestar.

Reconocer el impacto integral del bruxismo es crucial para abordar el problema de manera efectiva. Si se experimentan síntomas, es clave buscar ayuda profesional para desarrollar un plan de tratamiento que corrija tanto los aspectos dentales como los emocionales del trastorno.

RECOMENDACIONES

Cuando ya la persona tiene un diagnóstico de bruxismo y quiere disminuir el dolor, las recomendaciones incluyen cambios en la rutina y en los hábitos que ayuden a tratar, en paralelo, la parte física y mental. Además, considerar lo siguiente:

 

Aplicar hielo o calor húmedo en los músculos de la mandíbula inflamados. Cualquiera de las dos opciones puede servir.

Consumir alimentos ricos en calcio para fortalecer los dientes.

Masajear los músculos del cuello, los hombros y la cara buscando nódulos pequeños y dolorosos que suelen causar migrañas y malestar de cara.

Hacer ejercicios respiratorios pausados de 2 a 5 minutos, en cualquier momento del día para inducir un relajamiento a nivel de los músculos masticadores.

Realizar actividad física intensa todos los días para descargar la energía que se tiene acumulada.

Cerrar la boca sellando los labios, mantener los dientes separados y colocar la lengua pegada a las arrugas del paladar que se encuentran detrás de los dientes anteriores del maxilar, esto produce un estímulo neurogénico que va hasta el cerebelo, induciendo a una relajación casi inmediata.

Disminuir la actividad física y mental antes de acostarse y evitar quedarse dormido con el televisor o el computador prendido. De esta manera, su cerebro se programa para descansar y puede ser más fácil conciliar el sueño.

Escuchar música agradable sin contenido emocional, ya que ayuda a inducir la relajación física y mental.

Practicar meditación, yoga o terapia cognitivo-conductual.