Mis deseos para el 2024 - Geopolítica
Víctor Mijares
Director de Strategos, Observatorio de la Seguridad Global de la Universidad de los Andes
“En 2024, un factor crucial para la estabilización geopolítica será la continuidad de los acuerdos entre Estados Unidos y China, en especial tras las conversaciones entre Joe Biden y Xi Jinping. Es fundamental que ambas potencias regulen aspectos comerciales, de conflictos armados y la relación triangular con Taiwán, además de abordar la regulación de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial. Paralelamente, la evolución del conflicto entre Rusia y Ucrania, con posibilidades de negociación para la retirada rusa, será clave. Este escenario podría verse afectado por las dinámicas internas de la Unión Europea y la OTAN, así como por el desgaste político de Zelenski y la estabilidad económica rusa a pesar de las sanciones. En este contexto, líderes como los de Turquía y el Vaticano podrían desempeñar roles mediadores significativos.
Por otro lado, la situación en Gaza, con el conflicto entre Israel y las milicias de Hamás, seguirá siendo compleja debido a su extensión a los medios de comunicación y redes sociales, lo que ha polarizado la opinión mundial. La alianza de Hamas con Irán y la rivalidad latente de este último con Arabia Saudita complican cualquier acercamiento entre los países árabes e Israel. Las tensiones se agudizan por los intentos de Irán de evitar la normalización de relaciones entre estos Estados y su estrategia de aislar a Israel. La posibilidad de distensión en la Franja de Gaza parece limitada, especialmente, debido a los esfuerzos de Irán por mantener su influencia y evitar acuerdos de estabilización entre los diferentes actores.
Finalmente, en América Latina, las tensiones centenarias entre Venezuela y Guyana no se resolverán de manera fácil en 2024. Se espera un aumento en la movilización militar, impulsada por el nacionalismo de Nicolás Maduro en Venezuela y del presidente Irfaan Ali en Guyana. Ambos líderes utilizan el conflicto para fortalecer su apoyo político interno y desviar la atención de problemas domésticos, como la corrupción en Guyana, un incipiente Estado petrolero con instituciones débiles. Aunque es poco probable una guerra a gran escala debido a limitaciones logísticas y estratégicas, las tensiones persistirán en la frontera y en el territorio del Esequibo, especialmente en el contexto de la creciente competencia electoral en Venezuela”.
Julio Londoño Paredes
Exministro de Relaciones Exteriores y decano de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario
“Ahora, más que nunca, la política exterior tiene influencia definitiva en la vida de los colombianos. Nuestro país está siendo observado por el incremento del narcotráfico, así como por la violación de los Derechos Humanos, la violencia rampante en medio de procesos de paz, el problema migratorio y, como si fuera poco, la impresión de supuestas diferencias en las fuerzas armadas. Es indispensable, por lo tanto, que se desarrolle una política de acercamiento especial con cada Estado, empezando con los de la región: sean de izquierda o de derecha; sean ricos o sean pobres. Cada uno es un voto y una opinión clave para Colombia. Por el contrario, es muy inconveniente la “política de micrófono”, es decir, lanzar críticas y censuras por X y otros foros, sin ninguna necesidad. La presencia de nuestro país en organismos y grupos internacionales es fundamental. El gran objetivo es que Colombia reasuma el liderazgo regional y que su voz sea acogida y respetada en todos los ámbitos”.