María Corina Machado: “La Constituyente decide quién es candidato, quién vota y quién gana”
María Corina Machado nació en Caracas hace 50 años, se graduó de ingeniera, se especializó en finanza y se tituló en el programa de Líderes Mundiales en Políticas Públicas de la Universidad de Yale. Sin embargo, más allá de los títulos y de su vida personal, que incluye un divorcio y tres hijos, su nombre representa a la oposición venezolana. Tanto que –desde los días de Hugo Chávez– el oficialismo la acusa de conspiración y traición a la patria, y le tiene prohibido salir del país.
La coordinadora nacional del partido ‘Vente Venezuela’ y exdiputada habla con firmeza de esperanza. Dice que su país está preparado para los cambios y que todo está encaminado a que el régimen, que comenzó en 1999 con Hugo Chávez y continúa con Nicolás Maduro, llegue a su fin.
Por eso pide a Colombia solidaridad con el éxodo de sus compatriotas. “Les pido que reciban a los venezolanos con afecto, con solidaridad y con la conciencia de que ellos están contando los minutos para regresar. Estoy convencida de que Venezuela va a recuperarse rápido no solo en lo económico, sino en lo institucional, en lo cultural y en lo moral. Y, en ese momento, Colombia y Venezuela avanzaremos juntos por una ruta de prosperidad, libertad y paz para ambas naciones”.
Inicialmente se dijo que las elecciones serían el 22 de abril, pero al final fueron convocadas para el 20 de mayo. ¿Por qué cambiar la fecha?
No cambia nada. La única explicación es que esta dictadura, este régimen de Maduro, hace lo que le da la gana. Es la demostración de que esto no es un proceso electoral, no es una elección y no debemos llamarlo como tal. Realmente lo que va a tener lugar es un ‘narcofraude’ porque estamos en un ‘narcoestado’. Además, todo este proceso surge con un pecado original: la Asamblea Nacional Constituyente, que 7 millones 600 mil venezolanos desconocimos, en el plebiscito popular del 16 de julio. Y que 52 países han ratificado que no reconocen, como tampoco reconocen ninguna de las decisiones que emanen de esta. Por tanto, este evento –que ha sido ordenado, dirigido, coaptado y controlado por la Constituyente– no es una elección, ni tiene la menor dimensión o cualidad constitucional. Lo que sí está claro es que es un fraude de principio a fin. Independientemente de que voten o no los venezolanos, el resultado ya está ‘cuadrado’ a favor de Maduro.
El Gobierno anunció que la convocatoria a elecciones fue producto de un acuerdo con la oposición. ¿Con qué sector de la oposición se llegó a este acuerdo?
Con ninguno. Porque aquellos que están apoyando este proceso no son parte de la oposición sino del sistema. Ese diálogo lo que buscó fue darle legitimidad, dinero y tiempo a una ‘narcotiranía’, mientras hay un país que se muere de hambre y se convierte en una sociedad o de exiliados o de esclavos. Es decir, eso no fue un diálogo, fue una operación tutelada desde La Habana para darle tiempo a Maduro, y la verdad es que lo consiguió.
Hasta el último momento se pensó que el opositor Henry Ramos Allup se presentaría como candidato, ¿qué pasó?
Eso habría que preguntárselo a él. Pero lo que sí está claro es que 20 años de lucha, con más de 300.000 muertos en Venezuela, representan una urgencia ética que no admite debilidad. La sociedad venezolana exige coherencia, firmeza y transparencia de su dirección política. En los últimos años, en varias oportunidades hemos estado muy cerca, a un paso de lograr el quiebre para avanzar en la dirección de la transición. La sociedad venezolana lo ha dado todo. En vidas, en patrimonio, en sacrificio, pero trágicamente existió una conducción política que no estuvo a la altura de ese momento histórico y de la sociedad. Pero un nuevo punto de esa energía se acerca y en esta oportunidad estaremos listos para llevar adelante el proceso, sin desviarnos de lo que es hoy un clamor ciudadano: detener este horror.
Para algunos sectores, el que la oposición no participara en las elecciones de 2005 fue un error. En esta ocasión tampoco va a participar. ¿Por qué?
Son situaciones dramáticamente distintas. Debo recordar que la decisión de no participar en ese proceso de 2005 se debió a que días antes de las elecciones se demostró que el voto en Venezuela no era secreto, por la instalación de las máquinas ‘captahuellas’. Me pregunto si en Colombia creen que ante un descubrimiento de esa naturaleza, la oposición y la sociedad hubieran participado. Además, es totalmente distinta la situación, porque al día de hoy se ha instaurado una Constituyente fraudulenta e ilegítima, que se instaló asesinando a 16 venezolanos el 30 de julio, que no es reconocida ni por la comunidad internacional ni por los venezolanos. Por tanto, no podemos participar en este pseudoproceso electoral que, insisto, es un ‘narcofraude’.
¿Todos los candidatos que participarán en estas elecciones son o han sido afines al chavismo?
La verdad es que no puedo afirmar eso porque no a todos los conozco, pero –desde luego– aquellos que hoy tienen mayor despliegue económico y comunicacional no solamente lo fueron, yo diría que lo siguen siendo.
¿Es posible que alguno participe con la convicción de derrotar a Maduro en las urnas?
Habría que ser un extraterrestre, alguien que no haya vivido estos últimos años en Venezuela. Que no conozca la declaración de Smartmatic, que ofreció durante 20 años la plataforma del voto electrónico al régimen y que dijo que ahí había habido un megafraude. Y habría que ser iluso para no entender lo que significa una Asamblea Nacional Constituyente que se autoasignó un carácter supraconstitucional. Esta Constituyente decide quién es candidato y quién no; quién vota y quién no; quién gana y quién no, y quién gobierna y quién no.
¿Es imposible derrotar a Nicolás Maduro en las urnas?
El régimen cerró la vía electoral. Eso lo tenemos claro, y hay que asumirlo. Qué más quisiera yo que poder decir a los venezolanos que simplemente se trata de ir a votar. Porque somos, y todo el mundo lo sabe, más del 90% del país quienes queremos que este régimen salga ya. Pero tenemos que ser coherentes, consistentes entre nuestras premisas y nuestros planteamientos estratégicos.
Entonces, ¿cuál es la opción?
La que hemos planteado insistentemente: la dimisión de la dictadura, que no es otra cosa que forzar su salida. En este momento se está produciendo en el país una situación explosiva. Quienes creen que Venezuela está calmada, derrotada, no están entendiendo al país. ¡Claro! hay una censura brutal, una ‘cortina de hierro’ para que no se pueda dar a conocer lo que el país está viviendo. Pero, en las calles, todos los días hay decenas de protestas, de trancazos, de cierres, por agua, por medicina, por falta de luz, por falta de gas, por la violencia. El país está en la calle desesperado y esa energía popular ha incidido en las instituciones. Recientemente el Tribunal Supremo de Justicia, en el exilio, decidió que hay mérito para el enjuiciamiento político de Nicolás Maduro por corrupto y por lavado de capital. Esa decisión fue sometida a la Asamblea Nacional el 17 de abril y fue aprobada de manera abrumadora. Este proceso avanza y eso significa más presión institucional. Si a eso se suma lo que está ocurriendo internacionalmente, queda en evidencia que Maduro está absolutamente aislado, que Maduro es un paria político. Y vendrán más acciones en los próximos días porque el mundo ha entendido lo que durante tantos años advertimos, que la instalación de una ‘narcodictadura’ en este hemisferio representaba un riesgo para la estabilidad de todos los países, desde Canadá hasta Argentina. Por eso vemos las decisiones del Grupo de Lima, las sanciones que han aprobado Canadá, Panamá, Suiza, la Unión Europea. Todo esto es más y más presión, hasta el punto en el que Maduro entenderá que el costo de permanecer en el poder es mayor al costo de salir. Ahí comenzará la verdadera negociación para una transición real y vendrá la etapa más desafiante, más delicada: la reconstrucción de Venezuela, durante la cual vamos a necesitar enorme apoyo de la comunidad internacional y, en particular, de nuestros países vecinos.
¿Quién es quién?
La exdiputada habla de los candidatos que se enfrentarán a Nicolás Maduro.
Reinaldo Quijada: Es parte del sistema.
Henry Falcón: Lo mismo.
Luis Alejandro Ratti: La verdad es que no lo conoce nadie.
El pastor Javier Bertucci: Es una verdadera tristeza para la comunidad evangélica en Venezuela, porque es evidente que se está prestando para darle una supuesta legitimidad a una operación muy cruel.
*Publicado en la edición impresa de mayo de 2018.