“No creo en los lazos de sangre”: Carmen Torres
Usted venía trabajando como directora de fotografía. ¿De dónde salió la idea de convertirse en la directora de su propia película?
Encontré una historia que quería contar. Esta película es particular en ese sentido porque no tenía un guión escrito y tampoco hice una filmación para la película. A partir de una experiencia, que es la de la búsqueda y encuentro de mi madre biológica, empecé a recopilar material de mi archivo personal y me imaginaba cosas absurdas como qué habría pasado si no me hubieran entregado, si no me hubieran adoptado. Empecé a reflexionar sobre lo que es tener una madre y ser una hija. Fue una película que me encontró, yo no la estaba buscando.
Amanecer la hace reencontrarse con su madre biológica. ¿Cambia el modelo de madre que había concebido desde su infancia hasta ese momento?
No es que haya cambiado porque mi mamá adoptiva fue mi mamá y será ella para siempre. A mi madre biológica la busqué porque, bueno, necesitaba saber de dónde venía. Es una necesidad, no sé si a todos los que son adoptados les pasa pero a varios sí y fui en búsqueda de eso. Lo que pasó es que mi mamá adoptiva se murió cuando yo tenía 13 años y la había olvidado. Pero haciendo esta película la recuperé, recuperé los recuerdos juntas. Entendí que, más que una figura de madre, fue recuperarla a ella y darme cuenta de que una madre no es la que te tiene sino la que te cuida. No creo en los lazos de sangre sino en los de relación.
¿Tuvo miedo durante este proceso?
Durante la búsqueda no tuve miedo. Fui hacia adelante. Pero durante mi vida intenté hacer la búsqueda muchas veces. Cuando tenía 18 años, cuando tenía 22, cuando tenía 26 y solo lo hice a los 35, que creo que era el momento adecuado.
¿Por qué cree que tuvo que pasar tanto tiempo para ese momento adecuado?
Antes era muy chiquita y muy insegura. Sin embargo, lo que siempre imaginé era lo que en realidad sucedió: mi mamá biológica no me podía tener. Ella ya tenía una hija y no tenía los recursos. Estaba sola. Pero la figura de padre sí cambió radicalmente porque siempre me imaginé que iba a ser maltratador o abusivo. Pensé que era producto de una violación y que por eso me habían abandonado. Pero en realidad fue mi madre biológica la que lo abandonó a él, entonces mi padre no sabe que existo.
¿Y ha pensado iniciar otra búsqueda para encontrarlo?
No sé, no creo, pero sí me gustaría trabajar explorando la figura del padre.
¿Qué cambió luego de haber hecho esta investigación y esta película?
El cambio fue haber recuperado a mi mamá adoptiva. Es lo más lindo que me ha dado la película. Esta iba a ser una película sobre la búsqueda y el encuentro de mi madre biológica y, finalmente, como yo la veo, es una carta de amor a mi mamá adoptiva.
¿Qué cambió en su vida y en la de su madre biológica después de Amanecer?
Yo pude saber de dónde venía y se alegró mucho de ver que yo estaba bien y que era feliz.
¿Y cómo es su relación ahora?
Ella tiene 8 hijos más. Cuando fui a pedirle permiso para hacer la película, me pidió un año para contarle a sus hijos y lo hizo. Ella se quitó ese peso de encima, ese secreto que guardaba. También se quitó la culpa de entregar a un bebé a su suerte y, como me vio bien, pues resulto un alivio. Pero es imposible tener un vínculo porque no tenemos nada en común, no compartimos nada, y yo ya tengo una mamá. Ese tipo de relación con mi madre biológica no es posible, somos dos mundos. Cuando ella me entregó, de alguna manera marcó nuestros destinos.
Después de hacer esta película, ¿le gustaría ser madre?
No. Es una experiencia que nunca me interesó. Cuando era más chiquita, tenía miedo. Decía “no” porque en mis genes creía que, ya que me habían abandonaron a mí, me habría dado miedo de ser capaz de abandonar a un bebé. Y ahora no cabe el tema, además soy gay y tener un bebé uno lo tiene que pensar más. No existe el accidente como para llevar el caso por ahí. Con tantas dudas, no hay posibilidad.