30 de diciembre del 2024
 
Templo de San Ignacio de Bogotá
Octubre de 2017
Por :
Credencial Historia

UN ARQUITECTO, UNA OBRA

Juan Bautista Coluccini y el templo de San Ignacio de Bogotá

La Compañía de Jesús llegó a Santa Fe en septiembre de 1604, autorizada mediante una Cédula Real expedida dos años atrás. Seis años más tarde, en 1610, la comunidad inició la construcción del templo de San Ignacio, bajo la dirección del sacerdote jesuita Juan Bautista Coluccini, acompañado por el hermano español Pedro Pérez. Coluccini había nacido en la ciudad italiana de Lucca en 1571 e ingresó en la Compañía de Jesús en Roma en 1601. Sus capacidades como arquitecto no derivaron de estudios académicos sino de su espíritu estudioso; aun así recibió varios encargos de parte de la Compañía antes de ser trasladado al Nuevo Reino de Granada, donde arribó en 1604. En 1610 los superiores de la Compañía de Jesús lo designaron para dirigir las obras de la iglesia de San Ignacio en Santa Fe, cuya construcción se inició el 1º de noviembre de ese año, en el costado norte de la manzana ya adquirida por la comunidad en la esquina suroriental de la Plaza Mayor. Coluccini permaneció a cargo de la obra hasta 1623, se retiró por cinco años y regresó en 1628 para asumir nuevamente la dirección de la obra –la cual se dedicó a San Ignacio en 1635– y se concluyó en 1643. Coluccini había fallecido dos años antes, el 3 de noviembre de 1641.

Muchos autores han escrito sobre la arquitectura de la iglesia de San Ignacio de Bogotá, tratando de ubicarla entre alguno de los modelos de la arquitectura eclesiástica del siglo XVI en Europa y en América, y de identificar sus posibles influencias. La Compañía de Jesús había establecido desde mediados de ese siglo unas pautas generales para la construcción de sus templos cuyo modelo era la iglesia de la Compañía en Roma, llamada Il Gesú, obra del arquitecto Giaccomo da Vignola. La arquitectura de San Ignacio se ha vinculado a esta iglesia, lo mismo que a la de San Andrea de Mantua de Leon Battista Alberti, con las cuales guarda algunas semejanzas. San Ignacio es una iglesia de tres naves separadas por arquerías, inscrita en un rectángulo alargado en cuyo frente se dispone de un atrio, seguido por un nártex o vestíbulo, y en cuyo remate se encuentran un crucero con cúpula de imponente apariencia exterior, el presbiterio y la sacristía. Una capilla se construyó posteriormente en el costado oriental y una sola torre se destaca en la fachada de este magnífico ejemplo de la arquitectura eclesiástica del inicio del período colonial en el territorio colombiano.

Referencias

1 Rentería, 2001, p. 98.