“Proponer la prohibición de armas es poco realista”: Timothy D. Lytton
En la madrugada del 2 de octubre, un hombre de 64 años mató a más de 50 personas que se encontraban en un festival de música country en Las Vegas, Nevada. El atacante, Stephen Paddock, que se hospedaba en el Mandalay Bay Hotel, disparó a la multitud desde su habitación. La policía encontró su cuerpo junto a más de 10 rifles. Paddock era un contador retirado que no tenía antecedentes criminales. No tener antecedentes es una de las principales condiciones para poder obtener un arma en la mayoría de los estados de Estados Unidos.
El tiroteo, que ya es catalogado como el más grave en la historia de ese país, superando el número de víctimas que dejó el de Orlando, Florida, en junio del año pasado en una discoteca, prendió las alarmas frente al derecho de posesión de armas amparado en la Segunda Enmienda de la Constitución.
Al respecto, REVISTA CREDENCIAL habló con Timothy D. Lytton, profesor de Derecho de la Universidad Estatal de Georgia, experto en control de armas y miembro de la American Bar Association y de la American Association for Justice.
En Estados Unidos actualmente hay aproximadamente 300 millones de armas de fuego de propiedad privada. Según Lytton, “esto hace muy fácil obtener un arma de fuego, ya sea legal o ilegalmente, así que hacer propuestas para prohibir simplemente la posesión de armas es poco realista (así como inconstitucional)”. En la actualidad, las leyes federales y estatales imponen restricciones a la venta de armas de fuego.
Algunas restringen quién puede comprar armas de fuego y otras restringen qué tipos de armas de fuego se pueden comprar. Además, hay diferentes leyes sobre el derecho a portar armas de fuego, abiertamente u ocultas, en lugares públicos, eso depende del estado.
Para el académico, “la población de Estados Unidos se divide entre aquellos que quieren restringir aún más la posesión de armas y el derecho a portar un arma, y aquellos que quieren liberar la posesión de armas y ampliar el derecho a portar un arma”. Diferencias ideológicas que son muy profundas en la cultura política americana.
Tirar a las masas se ha convertido en algo rutinario en Estados Unidos. Las escuelas, discotecas, conciertos o lugares que convoquen a la población se vuelven objetivos perfectos para los atacantes. “Después de un tiroteo masivo, los estados que favorecen las restricciones de armas tienden a considerar (y a veces a aprobar) leyes que restringen aún más las ventas, mientras que los estados que favorecen menos restricciones tienden a expandir el derecho de llevar armas ocultas en universidades públicas”.
La contradicción aparece gracias a que, según Lytton, “el arma es un poderoso símbolo de violencia para algunos y de libertad para otros. Evoca fuertes emociones en ambos lados del espectro político. La política de control de los derechos de armas no está motivada principalmente por la ideología política. A pesar de que la industria de armas está ejerciendo presión, el principal motor de la política de armas de fuego son los grupos políticos, como la Asociación Nacional del Rifle (NRA) o el ‘derecho a llevar’ en los movimientos locales”.
Y, aunque según la Corte Suprema de Estados Unidos, la Segunda Enmienda garantiza el derecho a poseer armas de fuego para legítima defensa y otros fines ‘comunes’, el alcance de ese derecho aún no está claro. Apoya algunas restricciones sobre el derecho a comprar un arma, tales como chequeos de antecedentes, así como restricciones sobre ciertas armas. Pero no se permite una prohibición total de armas de fuego.
La decisión la tendrá que tomar el Congreso, mientras numerosos legisladores demócratas piden a los republicanos que dejen de bloquear las leyes para el control de armas tras el tiroteo, esos republicanos se limitan a dar sus condolencias y a repudiar el hecho por redes sociales, sin mencionar palabra alguna frente a la posesión de armas.