“El Papa incomoda a quienes están acostumbrados a ser vistos desde abajo”

José Galat, que se dice ultracatólico, afirma que Francisco es el Papa Negro. ¿Usted qué opina?

El Papa ha demostrado, a través de sus encíclicas, apertura frente a los divorciados, frente a las mujeres que abortan. Está tratando de traer otra vez a las personas a que crean en una Iglesia pobre para los pobres. Para un señor como José Galat, que tiene su canal de televisión, su universidad, que ha tenido sus cuestionamientos por malos manejos de dinero y que vive del radicalismo, una persona como Jorge Bergoglio es incómoda, porque los ultraconservadores y radicalistas no pueden ver que la persona que llega como vicario de Cristo tenga la posibilidad de mirar con mayor tranquilidad las diferentes situaciones que se presentan todos los días en la vida.

El solo caer en la polémica es absurdo frente a las grandes cosas que está logrando el Papa. Él es un pontífice que busca establecer una cultura del encuentro, del diálogo. Él ha dicho que no está exento de cometer pecado, pero esto no quiere decir que se esté abriendo a un antipapa. En estos más de cuatro años ha demostrado coherencia: dice lo que piensa, hace lo que dice y cree en lo que hace. Además, ha convertido la normalidad en noticia, mostrando que es un hombre de carne y hueso y bajando un poco esa figura de príncipes de la Iglesia que tenían muchos cardenales y personas. El Papa incomoda a quienes estaban acostumbrados a ser vistos desde abajo.

¿Cuál es la diferencia entre Benedicto XVI y Francisco?

Son dos formaciones, dos personas y dos culturas totalmente diferentes, pero gran parte de lo que está logrando hacer el Papa Francisco es gracias al trabajo que hizo Benedicto XVI, quien es un académico, un intelectual, un hombre a quien le cuesta comunicar, que es muy tímido y que llegó al Vaticano después de un gran Papa como Juan Pablo II y le tocó afrontar todas las artimañas dentro del Vaticano. Cuando vio que no daba más, que no tenía fuerzas, tuvo la grandeza de dar un paso al lado y renunciar.

Su libro se titula Un tinto con el Papa Francisco. ¿Se tomó ese café o él prefiere el mate?

Prefiere el mate, pero cuento por qué el título. El 2 de abril de 2015 se conoció una carta en la que el Papa, a través del secretario de Estado del Vaticano, les decía a los colombianos que esperaba otro viaje a América Latina y pasar por Colombia. En ese momento pensé averiguar sobre si viajaría o no al país. Generalmente, cuando los presidentes tienen audiencias con él, permiten el ingreso de dos o tres periodistas de ese país. Me enteré de que llegaría el mandatario de Togo y me inscribí. Me seleccionaron para estar en la audiencia y al final de la reunión le pregunté al Papa si viajaría o no a Colombia. Me contestó: “si me das un tinto colombiano te cuento más cosas” y se rio. Días después, en su avión rumbo a México, le di un paquete de café colombiano y le recordé nuestro trato. Me recibió el café, pidió que se lo guardaran y me dijo: “si el acuerdo de paz va hacia adelante, te aseguro que voy en 2017” y se fue.

¿Se acordaba de la pregunta que le había hecho días atrás?

De todo. Tiene una memoria impresionante. Si él te ve y en ese momento pasa algo significativo, cuando te vuelva a ver te preguntará por ese tema. Y no es demagogia. Es una persona sincera y trasparente, sin libretos.

Por estos días se ha criticado mucho el gasto que supondrá su visita al país. Usted ha viajado mucho con el Papa. ¿Es igual en los demás países?

La verdad no sé en qué van a gastar 9 millones de dólares. El Papa pidió dos cosas: que todos los colombianos tengan facilidades para verlo y total austeridad. En México la visita fue una locura y creo que es lo que va a pasar en Colombia. Por mi experiencia, por lo que he visto, hay que entender lo que significa la visita de este Papa, que nos va a hablar en nuestro idioma y nos conoce. 

*Descubra más con Francisco, el papa que llegó del fin del mundo, el artículo publicado en nuestra edición impresa de agosto de 2017.