23 de noviembre del 2024
14 de Julio de 2016
Por:
Catalina Barrera

El ‘jefe de jefes’ de la mafia siciliana fue la piedra en el zapato de Italia durante décadas. Este criminal conocido como El fantasma de Corleone,  falleció el pasado 13 de julio a los 83 años en un estado casi vegetativo.

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Murió el verdadero ‘Padrino’

Bernardo Provenzano era como un personaje de la clásica película El Padrino pero en la vida real. El ‘Tío Bernardo’, como era conocido en el mundo de la mafia, fue el jefe de La Cosa Nostra desde 1993 hasta 2006, año en el que fue capturado tras 43 años evadiendo a las autoridades italianas.

 

Nació en Corleone (como Vito, el de El Padrino), una pequeña comunidad italiana ubicada en la ciudad metropolitana de Palermo, en Sicilia. Era el tercero de siete hermanos, todos bajo la crianza de una familia de agricultores. Su vida criminar inició cuando dejó el colegio y optó por robar animales y alimentos de granjas aledañas en el pueblo en el que vivía. Esa actividad estaba asociada a la mafia de Luciano Leggio, uno de los criminales más temidos de La Cosa Nostra. Y en ese pequeño pueblo, mientras grandes mafiosos hacían de las suyas, Provenzano aprendía.

 

Hasta su arresto en 2006, solo existía una foto del criminal. Un retrato de 1959. Su desaparición, luego de un tiroteo en el que participó contra los oponentes de la mafia, le otorgó el título de ‘El fantasma de Corleone’. Luego del arresto de Salvatore Riina, uno de los capos más importantes de la mafia siciliana, Bernardo Provenzano asumió  el control de la organización.

 

Durante esos 43 años, y con tan solo una foto de Provenzano, las autoridades le perdieron el rastro. Se comunicaba con pequeños papeles escritos a mano llevados por mensajeros a las aldeas que controlaba. Su táctica era tan efectiva que lograba llevar esos papelitos hasta el Mediterráneo. Nunca usó un teléfono o un celular, temía ser encriptado o que reconocieran su voz.

 

Tras largo tiempo sin algún rastro, el mundo enteró llegó a dudar de su existencia, pues, pese a su gran éxito dirigiendo una organización de millones de dólares, nunca se conoció nada de él. Su principal actividad en lavado de dinero fueron los bienes raíces, pero Provenzano será recordado también por desatar, junto a Riina, la “Segunda guerra de la mafia” en 1981, un conflicto interno de La Cosa Nostra. Esta guerra, en la que murieron grandes capos de la mafia, terminó deteriorando las relaciones entre las familias que manejaban el tráfico de cigarrillos y drogas.

 

Provenzano fue detenido el 11 de abril de 2006 en una sucia granja en Corleone. Las investigaciones para dar con el discreto fugitivo se centraron en las descripciones que agunos colaboradores arrepentidos daban a las autoridades.

 

Fue condenado a cadena perpetua y enviado preso a la penitenciaría de Parma, en Italia. En 2012 sufrió un accidente en su celda y tuvo que ser operado de la cabeza. Esto lo llevó a caer en un coma profundo. Su estado vegetativo y un cáncer de vejiga diagnosticado en 2011 lo llevaron a la muerte el pasado 13 de julio de 2016.