JOSÉ FRANCISCO SOCARRÁS: PIONERO DE LA PSIQUIATRÍA Y DE LA EDUCACIÓN
Dentro de las múltiples facetas de este humanista colombiano, sobresalen su profesión de médico psiquiatra y su carrera de educador. Fue además político y orador, líder estudiantil, periodista y escritor, filósofo e historiador, dueño de una inteligencia abierta al cambio, en búsqueda constante de soluciones y remedios para un país que debía crecer hasta encontrarse con el mundo.
Ya desde el momento en que eligió El Psicoanálisis como tema de su tesis de grado en la Universidad Nacional, en donde recibió su título en 1930, expresaba un interés por formas innovadoras del ejercicio de su profesión; más tarde, entre 1946 y 1950 con el auxilio de una beca residió en París y allí hizo especializaciones en psiquiatría, neurología y psiquiatría infantil.
Miembro adherente de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis, cofundador del Instituto Colombiano del Sistema Nervioso, presidió la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis y actuó como secretario de la misma durante varios períodos en la década de los sesenta. Por más de cincuenta años dictó distintas cátedras relacionadas con su especialidad en la Universidad Nacional, la Escuela Normal Superior, la Universidad Externado de Colombia, la Universidad Libre y en la Universidad Javeriana.
Encargado por el gobierno de Enrique Olaya Herrera de dar un viraje al sistema educativo, tarea decisiva en la modernización del país que pretendía la República Liberal, sus estudios sobre educación condujeron a la fundación de la Normal Superior, cuya rectoría desempeñó entre 1937 y 1944, modernizando los sistemas de aprendizaje y enseñanza, abriendo espacios para la mujer profesional, elevando su nivel cultural para borrar las diferencias que la habían estigmatizado. Se integró al grupo de intelectuales que alrededor del celebre Instituto Pedagógico que dirigió Paul Rivet generó en Colombia una amplia veta de estudios sociales, formó una generación fecunda y es el origen de diversos centros de cultura.
En política, tuvo también una posición abierta y de avanzada: representando al liberalismo socialista llegó a la Cámara en 1945, y con Gerardo Molina y Mario Latorre asistió en París a la instalación del Consejo Mundial de la Paz.
Es muy abundante su producción escrita en las distintas áreas de su interés: como escritor médico abordó los temas de salud mental y de salud pública, con especial preocupación por la alimentación popular. Se ocupó de las culturas indígenas analizando usos y costumbres, y estudió cultural y médicamente las drogas adictivas. Publicó trabajos sobre esquizofrenia y violencia. Redactó el Código de Instrucción Pública del Magdalena en 1935, fue coautor del plan de estudios para bachillerato en 1945 y autor de la ley que creó el Ministerio de Salud en 1947.
Como historiador, sus temas incluyen héroes y personajes de su región, e historia de la educación. Su columna "Salud Mental" ocupó semanalmente la página editorial de El Tiempo durante 21 años. Sus meditaciones se centraban en el hombre colombiano, la tierra, las etnias, las culturas, sus potencialidades, sus carencias y su problemática. Una buena cátedra.
En sus últimos años, reflexivos y calmados, perteneció a las Academias de Medicina, de la Lengua y de Historia. Recibió los más altos reconocimientos que otorga el gobierno nacional en el área de la educación. Todo ello sin dejar de tener un aire sencillo y amistoso, el mismo con que había llegado a la capital cuando era un joven provinciano, sin influencias ni dinero, salido de Valledupar (donde había nacido en 1907) en busca del conocimiento, equipado con una inteligencia perceptiva que le ayudó a volar muy alto.