21 de diciembre del 2024
 
fotogramas de Garras de oro (1928), sobre la toma del canal de Panamá; P.P. Jambrina, un pseudónimo, firma como director.
Septiembre de 2016
Por :
Jorge Nieto

GARRAS DE ORO (P.P. JAMBRINA)

En el clima de relativa euforia que se vivió en Colombia en los años veinte, con precios más altos para los productos de exportación y 25 millones de dólares pagados por Estados Unidos como indemnización por la separación de Panamá, el cine colombiano vio sus mejores días. Aunque no llegó a ser una verdadera industria, numerosas compañías productoras se formaron en ciudades grandes y pequeñas del vasto y poco desarrollado territorio, pobremente comunicado. Estas productoras se dedicaron en la mayoría de los casos a filmar adaptaciones de clásicos de nuestra literatura, como María, Aura o las violetas y Madre.

Cali Films, creada en 1928 por un grupo de comerciantes y profesionales, fue una de esas empresas que al parecer sólo produjo un título, Garras de oro, consagrado a reivindicar el honor de Colombia frente a los hechos que condujeron a la separación de Panamá en 1903 con la intervención de Estados Unidos.

Advertida la diplomacia norteamericana de que en Colombia se filmaba esa película, desplegó toda su capacidad de influir con el objeto de impedir su distribución y exhibición, y así lo logró hasta cuando, en el decenio de los años setenta, un fragmento de 50 minutos de duración fue rescatado por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y dado a conocer a la comunidad.

La narración tiene lugar entre 1903 y 1914, año en que se completó el canal, y ocurre en Nueva York y Colombia. La relación romántica entre un periodista norteamericano y una colombiana se entremezcla con hechos relacionados con la presidencia de Teodoro Roosevelt (1900-1908).

 

Este argumento avanza mediante largos letreros intermedios redactados en tono de denuncia. El estilo de la película es el que era común al cine silente mundial de la época y muestra mayores recursos técnicos que otras películas colombianas contemporáneas. Es la única producción silente colombiana que tiene escenas coloreadas a mano. Aunque es evidente que fue concebida y escrita por colombianos, existe la posibilidad de que los accionistas de Cali Films hubieran encargado la filmación a alguna compañía productora italiana. En todo caso, la radical censura de Garras de oro fue un golpe devastador al desarrollo del cine colombiano en los años veintes.